AFP (Agencia France-Presse)
DAMASCO. - Cerca de 30 personas murieron el lunes en un atentado con coche bomba en el noroeste de Siria, mientras Estados Unidos continúa presionando por un dialogo de paz, a pesar de las divisiónes en la oposición.
El ataque, ocurrido en un zona controlada por los rebeldes en la provincia de Idlib, ocurrió un día después del secuestro de siete trabajadores de la Cruz Roja, en el noreste del país. Cuatro de ellos fueron liberados "sanos y salvos" el lunes, según anunció Ewan Watson, el vocero de la Cruz Roja, a la AFP.
Tras esa liberación, el Observatorio sirio de Derechos Humanos afirmó que la organización yihadista el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) es la responsable de ese secuestro.
En el ámbito diplomático, Rusia llamó a Estados Unidos a convencer a la dividida oposición siria a que participe en la conferencia de paz denominada Ginebra-2.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, consideró "urgente" fijar una fecha para dicha conferencia, tras reunirse en Londres con el emisario internacional, Al Ajdar Brahimi.
El atentado tuvo lugar en la ciudad de Darkush, cerca de la frontera con Turquía, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
"El balance aumentó a 27 muertos, entre ellos tres niños y una mujer", añadió esta ONG, que en un balance previo había dado la cifra de 20 muertos.
El atentado se produjo en un mercado de la ciudad, según fuentes opositoras. Un vídeo difundido después del atentado por fuentes opositoras muestra edificios dañados y autos incendiados.
El domingo por la noche, dos coches bomba conducidos por kamikazes explotaron en pleno centro de Damasco sin dejar víctimas, según medios oficiales.
El lunes, la Cruz Roja manifestó su determinación en seguir con su trabajo en Siria, a pesar de este secuestro, pero transmitió también su preocupación.
"Garantizar la seguridad del personal del CICR"
"No tenemos la más mínima intención de cesar nuestras actividades en Siria pero, por supuesto, tal situación nos hace reflexionar (...). No podremos trabajar y ayudar a la población siria sin tener seguridad para nuestro personal", declaró el CICR en Ginebra.
El CICR cuenta con una treintena de expatriados y unos 120 empleados sirios en Siria y es una de las pocas organizaciones que trabaja tanto en las zonas controladas por los rebeldes como las del régimen.
Desde marzo de 2011, cuando se inicio la protesta pacífica que derivó en conflicto en respuesta a la represión, han muerto 22 colaboradores de la Media Luna roja.
El equipo del CICR secuestrados había viajado a la provincia de Idleb el 10 octubre para comprobar la situación de las instalaciones médicas y aportar ayuda. Fue detenido por hombres armados en el camino de vuelta.
Los secuestros son relativamente frecuentes en Siria. Según Reporteros sin Fronteras (RSF), al menos 32 periodistas extranjeros o sirios han sido secuestrados o permanecen desaparecidos.
Kerry "urge" a fijar fecha para conversaciones de paz
"El emisario especial [de la ONU para Siria, Lajdar] Brahimi está de acuerdo, como muchos otros, en que no hay solución militar en Siria. Y creemos que es urgente fijar una fecha para convocar la conferencia para trabajar por una nueva Siria", dijo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, a la prensa, tras reunirse en Londres con Brahimi.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, cuyo país es el principal aliado del régimen sirio, llamó por su parte a Estados Unidos a convencer a la oposición a participar en la conferencia,
"Esperamos que nuestros socios estadounidenses, y de otros países, que tienen influencia en diferentes grupos de la oposición, tomen conciencia de su responsabilidad para [...] contribuir a que tenga lugar [la conferencia] Ginebra 2", declaró Lavrov.
El presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal grupo opositor sirio, Georges Sabra, anunció el domingo que esta formación no participará en la conferencia de paz Ginebra 2 y amenazó con retirarse de la coalición opositora si ésta participa.
Más de 115.000 personas han muerto desde marzo de 2011, según el OSDH, y millones de sirios han tenido que abandonar su hogar, según la ONU.