AFP (Agencia France-Presse)
Bogotá, Colombia. - El cese del fuego unilateral e indefinido decretado por las FARC, sin precedentes desde el inicio del proceso de paz en La Habana, fue saludado este jueves por el gobierno colombiano, que mantuvo sin embargo su negativa a una tregua bilateral.
"Este es un buen inicio para un proceso de desescalamiento de hostilidades", aseguró la Presidencia en un comunicado, un día después del anuncio sorpresivo de la guerrilla comunista.
El miércoles las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron desde La Habana un cese del fuego unilateral "por tiempo indefinido", el primero de este tipo desde el comienzo de las negociaciones de paz en Cuba en noviembre de 2012.
El grupo rebelde, que dijo que la tregua comenzará el próximo sábado si para entonces se dispone de veeduría internacional, advirtió sin embargo que daría por terminado ese cese al fuego si sus unidades son atacadas por el Ejército, un complicado condicionante para el gobierno de Juan Manuel Santos.
"Estamos dispuestos a iniciar la discusión sobre el tema de verificación para el eventual cese bilateral y definitivo cuando se de inicio formalmente a la discusión" sobre el fin del conflicto, contestó el gobierno, que a la vez dijo que "evaluará el cumplimiento de esta decisión" de la guerrilla.
Las FARC han pedido varias veces un cese al fuego bilateral en Colombia mientras se negocia en Cuba, pero Santos se opone pues asegura que los rebeldes lo utilizarían para fortalecerse.
"El anuncio muestra una decisión política fundamental de las FARC de avanzar hacia la búsqueda de un cese de la confrontación, aún antes de la firma definitiva del acuerdo que ponga fin a la guerra", dijo a la AFP el politólogo y profesor de la Universidad Nacional Jaime Zuluaga.
No obstante, tiene "el diablillo preocupante de la condicionalidad", advirtió Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
La Unión Europea recibió este jueves la decisión de las FARC con optimismo y aseguró que "contribuirá a construir confianza entre las partes".
La oficina de las Naciones Unidas en Colombia tildó a su vez al cese al fuego de las FARC como un "gesto esperanzador". Su "implementación efectiva generaría confianza en que el proceso de paz avanza hacia la finalización del conflicto" y traería "menos sufrimiento" en las regiones más afectadas.
En los años 1980, las FARC ya adelantaron un cese al fuego nacional, que fue también implementado por el gobierno de Belisario Betancur, en el marco del primer proceso de paz que se intentó con esa guerrilla.
- "Chantaje" -
Para este diciembre se esperaba que las FARC decretaran una tregua navideña, como en los dos años anteriores, pero la sorpresa de que fuera indefinida y la presión que generó al gobierno despertó críticas en la oposición colombiana.
El expresidente y actual senador Álvaro Uribe, férreo opositor a los diálogos, calificó de "chantaje" el anuncio de la guerrilla.
"FARC quiere que las FFAA estén quietas para fortalecerse o responsabilizarlas de la continuidad de la violencia", aseguró el expresidente en su cuenta en Twitter.
Mientras que el procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez, dijo en un comunicado que el anuncio era una "burla" y "una hábil forma de engañar" de las FARC.
"Su duración está condicionada a (...) que se haga realmente un cese bilateral de hostilidades", señaló Ordóñez.
El gobierno ha insistido en promover un "desescalamiento" del conflicto armado, especialmente luego de que la captura por las FARC de un general del Ejército en noviembre provocara la suspensión temporal de las conversaciones, pero hasta el momento no ha mencionado cómo se lograría.
Las negociaciones de La Habana buscan acabar con un conflicto que ha dejado en 50 años unos 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados, según cifras oficiales.
Hasta ahora las partes han consensuado tres de los seis temas en agenda: reforma rural, participación política de la guerrilla y solución al problema de las drogas ilícitas, pero restan asuntos complejos, como la reparación de las víctimas -en discusión-, el abandono de las armas y el mecanismo de refrendación de un eventual acuerdo de paz.
"Falta mucho por negociar. La decisión de las FARC no ofrece ninguna garantía de que terminaremos el conflicto, pero es un avance", dijo Restrepo.