Este cetáceo de agua dulce, que, como su nombre indica, no tiene aleta dorsal, vive en China, únicamente en el Yang Tsé Kiang y en dos lagos unidos a este gran río de más de 6.000 km afectado por la contaminación industrial.
Este estudio será el más completo sobre esta especie desde el realizado en el año 2006, cuando un censo anterior contabilizó solo 1.800 ejemplares vivos. Una población que desde entonces podría haber caído fuertemente, temen los expertos.
"Esperamos que sólo haya un millar con vida todavía, pero ya veremos los resultados de las investigaciones", declaró a la AFP el profesor Wang Ding, coordinador del proyecto en la Academia China de las Ciencias.
Teniendo en cuenta las muertes de marsopas ápteras registradas desde principios de año, los especialistas estimaron que la especie podría extinguirse en 15 años.