AFP (Agencia France-Presse)
PEKÍN. - China detuvo desde junio a 1.000 miembros de una secta cristiana a la que Pekín se refiere como "de culto", informaron este martes medios estatales. Los detenidos son miembros de Dios Todopoderoso, un grupo cristiano que lleva más de una década atrayendo a seguidores en algunas partes de la campiña china.
Entre ellos se encuentran "organizadores de alto nivel y algunos miembros fundamentales del grupo", dijo la agencia oficial Xinhua citando a fuentes oficiales, aunque no dio detalles sobre los delitos de los que se acusa a los sospechosos, que proceden de más de seis provincias.
China ya había tomado medidas contra grupos a los que califica de "de culto", especialmente el movimiento espiritual Falungong, prohibido a finales de los años 90.
Los miembros de Falungong insisten en que son blanco del Partido Comunista en el poder por considerarlo una amenaza, deteniendo y presuntamente torturando a miles de sus seguidores.
Pekín lleva años intentando eliminar al grupo Dios Todopoderoso, y en 2012 la prensa estatal ya había anunciado la detención de "casi 1.000" seguidores, cuando la organización estaba en el punto de mira por predecir el apocalipsis.
En aquel momento, la organización dijo a sus miembros que un "Jesús femenino" había llegado, y llamaba a sus miembros a derrocar al partido Comunista, al que se refieren como "el gran dragón rojo", informó el periódico estatal Global Times.
La prensa oficial dice que el grupo lava el cerebro a sus miembros y los anima a aislarse de sus familiares y amigos.
La represión de este año llega después del asesinato en mayo de una mujer en un McDonalds de la provincia oriental de Shandong, del que la policía acusó a miembros de Dios Todopoderoso.
Cinco personas irán a juicio el jueves por su presunta vinculación con el asesinato, dijo Xinhua.
Se cree que el fundador del movimiento huyó a Estados Unidos.
China controla estrictamente el ejercicio de la religión, y lo permite en centros budistas, taoístas, musulmanes, protestantes y católicos controlados por el gobierno, pero prohíbe otras organizaciones religiosas.
Pekín suele asegurar que garantiza una amplia libertad religiosa para sus ciudadanos.