China invierte en los grandes clubes europeos con la mente puesta en su propio fútbol
AFP (Agencia France-Presse)
Pekín, China. - El Manchester City se convirtió en el último de los grandes clubes europeos en atraer capital chino: un medio para las empresas del gigante asiático de mejorar su percepción exterior así como de aumentar sus ingresos, toda vez que Pekín mantiene sus esfuerzos por aumentar la competitividad de su propio fútbol nacional.
Se trata de uno de los grandes proyectos del presidente chino Xi Jinping -gran aficionado al fútbol-, y que ha tenido gran relevancia en los medios del país: convertir a China en una gran potencia futbolística, e incluso poder albergar una Copa del Mundo.
Así como cambiar la tendencia de las mediocres actuaciones del equipo nacional, siempre foco de ironías y bromas, indignas de la potencia económica del país, y del "renacimiento nacional", que preconiza Pekín. Durante una visita del príncipe Guillermo de Inglaterra, Xi llegó a plantearle su deseo de ver a futbolistas chinos en la Premier League.
Para acompañar ese desarrollo voluntario del deporte en el país, las empresas chinas exploran la búsqueda de prestigio y experiencia a través de fuertes inversiones en clubes extranjeros.
Las empresas China Media Capital (CMC) y CITIC Capital, ambas estatales, compraron un 13% del capital del Manchester City al propietario del club inglés, el jeque Mansur de Abu Dabi, por 400 millones de dólares (377 millones de euros).
Y ello pocas semanas después de que Xi Jinping visitase el club de Mánchester durante su mediático viaje por el Reino Unido.
Sin embargo no se trata de la primera incursión china en el fútbol europeo: Rastar, fabricante de juguetes y de maquetas, llegó a un acuerdo el mes pasado con varios accionistas del club barcelonés RCD Espanyol, en una operación dirigida a controlar el 80% de su capital.
En primavera, el conglomerado Wanda, gigante inmobiliario y del entretenimiento, se apoderó del 20% de las acciones del Atlético de Madrid por 45 millones de euros.
Pero la operación con el Manchester City se trata de la de mayor envergadura hasta el momento.
"Desde hace dos años, el gobierno chino adopta políticas para respaldar activamente el desarrollo de una industria deportiva", subraya Zhang Ziru, experto en negocios deportivos, y profesor de la Universidad central de finanzas y economía de Pekín.
Esta prioridad política ha sido extendida a algunas empresas, incluyendo a algunas sin relación previa con el deporte.
Sin embargo, la selección nacional de fútbol continúa siendo noticia por sus nefastos resultados, que probablemente le impedirán estar presente en el Mundial-2018 de su vecina Rusia.
Pero "invertir esta tendencia es un imperativo para convertir a China en una potencia deportiva, uno de los ejes del 'sueño chino'", insistió un portavoz del Partido Comunista chino.
A ese respecto, la inversión en el Manchester City "es una gran oportunidad para adquirir una experiencia de la que la industria del deporte sacará provecho", aseguró Li Ruigang, presidente de china Media Capital, citado por el medio local The Paper.
Las empresas chinas "son muy inferiores en términos de capacidad de gestión y realización de beneficios (a la cabeza de los clubes deportivos )", pero su ventaja es "su fortaleza financiera", observa Zhang.
Al adquirir participaciones en los clubes europeos "su objetivo estratégico" es obtener un aprendizaje que les sirva en su propia casa, pero sobre todo estar presentes en competiciones deportivas de primer nivel, como la Premier inglesa.
En la propia China, varios grupos industriales, mermados por la desaceleración de la actividad económica, desean diversificar sus actividades en los sectores deportivo y del entretenimiento, desde el fútbol al atletismo, pasando por el lucrativo negocio de los derechos deportivos.
Por su parte, el grupo Rastar, nuevo propietario del Espanyol, no oculta que su inversión en el club barcelonista tiene una finalidad esencialmente económica.
"Se podría decir que esto rinde servicio también al fútbol chino. Pero nuestra principal motivación es hacer negocios", declaró a la AFP Yang Nong, secretario del consejo de administración de la empresa.
Los modelos económicos de los clubes de fútbol son "relativamente simples", y una empresa puede obtener beneficios "sin que haya tenido mucha experiencia previa" en el sector, asegura.
Al fin y al cabo, es lo que importa, insiste Yang: "En tanto que sociedad privada (no controlada por el Estado), y que cotiza en Bolsa, es imposible que no busquemos la rentabilidad y el beneficio sobre lo invertido".
Así como cambiar la tendencia de las mediocres actuaciones del equipo nacional, siempre foco de ironías y bromas, indignas de la potencia económica del país, y del "renacimiento nacional", que preconiza Pekín. Durante una visita del príncipe Guillermo de Inglaterra, Xi llegó a plantearle su deseo de ver a futbolistas chinos en la Premier League.
Para acompañar ese desarrollo voluntario del deporte en el país, las empresas chinas exploran la búsqueda de prestigio y experiencia a través de fuertes inversiones en clubes extranjeros.
Las empresas China Media Capital (CMC) y CITIC Capital, ambas estatales, compraron un 13% del capital del Manchester City al propietario del club inglés, el jeque Mansur de Abu Dabi, por 400 millones de dólares (377 millones de euros).
Y ello pocas semanas después de que Xi Jinping visitase el club de Mánchester durante su mediático viaje por el Reino Unido.
Sin embargo no se trata de la primera incursión china en el fútbol europeo: Rastar, fabricante de juguetes y de maquetas, llegó a un acuerdo el mes pasado con varios accionistas del club barcelonés RCD Espanyol, en una operación dirigida a controlar el 80% de su capital.
En primavera, el conglomerado Wanda, gigante inmobiliario y del entretenimiento, se apoderó del 20% de las acciones del Atlético de Madrid por 45 millones de euros.
Pero la operación con el Manchester City se trata de la de mayor envergadura hasta el momento.
- 'Potencia deportiva' -
"Desde hace dos años, el gobierno chino adopta políticas para respaldar activamente el desarrollo de una industria deportiva", subraya Zhang Ziru, experto en negocios deportivos, y profesor de la Universidad central de finanzas y economía de Pekín.
Esta prioridad política ha sido extendida a algunas empresas, incluyendo a algunas sin relación previa con el deporte.
Sin embargo, la selección nacional de fútbol continúa siendo noticia por sus nefastos resultados, que probablemente le impedirán estar presente en el Mundial-2018 de su vecina Rusia.
Pero "invertir esta tendencia es un imperativo para convertir a China en una potencia deportiva, uno de los ejes del 'sueño chino'", insistió un portavoz del Partido Comunista chino.
A ese respecto, la inversión en el Manchester City "es una gran oportunidad para adquirir una experiencia de la que la industria del deporte sacará provecho", aseguró Li Ruigang, presidente de china Media Capital, citado por el medio local The Paper.
Las empresas chinas "son muy inferiores en términos de capacidad de gestión y realización de beneficios (a la cabeza de los clubes deportivos )", pero su ventaja es "su fortaleza financiera", observa Zhang.
Al adquirir participaciones en los clubes europeos "su objetivo estratégico" es obtener un aprendizaje que les sirva en su propia casa, pero sobre todo estar presentes en competiciones deportivas de primer nivel, como la Premier inglesa.
- Desaceleración económica -
En la propia China, varios grupos industriales, mermados por la desaceleración de la actividad económica, desean diversificar sus actividades en los sectores deportivo y del entretenimiento, desde el fútbol al atletismo, pasando por el lucrativo negocio de los derechos deportivos.
Por su parte, el grupo Rastar, nuevo propietario del Espanyol, no oculta que su inversión en el club barcelonista tiene una finalidad esencialmente económica.
"Se podría decir que esto rinde servicio también al fútbol chino. Pero nuestra principal motivación es hacer negocios", declaró a la AFP Yang Nong, secretario del consejo de administración de la empresa.
Los modelos económicos de los clubes de fútbol son "relativamente simples", y una empresa puede obtener beneficios "sin que haya tenido mucha experiencia previa" en el sector, asegura.
Al fin y al cabo, es lo que importa, insiste Yang: "En tanto que sociedad privada (no controlada por el Estado), y que cotiza en Bolsa, es imposible que no busquemos la rentabilidad y el beneficio sobre lo invertido".