El cohete puede transportar hasta 13,5 toneladas hasta la órbita terrestre baja, una carga una vez y medio superior a la que hasta ahora podían transportar las naves chinas.

El cohete de dos etapas, de formato medio, se convertirá en la principal nave de lanzamientos espaciales del país asiático.

"Cuanto más suban nuestros cohetes, más podremos aventurarnos en el espacio", declaró Ma Zhonghui, conceptor jefe de la lanzadera.

"El éxito del primer vuelo de Larga Marcha 7 mejorará considerablemente la capacidad espacial de China", agregó.

Está previsto que el módulo transportado aterrice en el desierto de la región china de Mongolia Interior el domingo por la tarde, tras haber orbitado 13 veces el planeta.

Ésta fue la primera prueba efectuada desde el nuevo centro de lanzamiento de satélites en Wenchang, en la isla de Hainan (sur), que fue terminado en 2014. Se trata de la cuarta instalación de este tipo en China, la primera en una zona litoral.

China tiene previsto lanzar desde esa base su mayor cohete, el Larga Marcha 5, antes de finales de año, reveló un alto responsable del programa espacial chino.