China recela de sanciones a Pyongyang y cree que EEUU debe acercarse
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Pekín. - El mundo mira a China para que consiga solucionar el conflicto con Corea del Norte. Sin embargo, Pekín está convencido de que las nuevas sanciones de la ONU no convencerán a Kim Jong-un para que vuelva a la mesa de negociaciones y abandone su programa nuclear y misilístico.
China cree que el presidente estadounidense, Donald Trump, debería acercarse a Pyongyang y tener en cuenta los intereses en materia de seguridad del aislado país comunista.
"El líder de Corea del Norte (Kim Jong-un) ha dicho muchas veces que no abandonará bajo ninguna circunstancia el desarrollo de armas nucleares y que no participará en negociaciones que tengan como objetivo la eliminación de las armas nucleares", apunta Zhang Liangui, experto del Instituto para Estudios Estratégicos Internacionales de la Escuela Central del Partido Comunista Chino. "Es una estrategia nacional", añade.
Hoy mismo, Corea del Norte aseguró que no negociará sobre su programa y que no se desviará "ni un centímetro" de su camino hacia el rearme nuclear". "Si los enemigos creen que se puede poner nerviosa a Corea del Norte con sanciones, no es más que un delirio", advirtió.
Las ocho rondas de sanciones impuestas al país desde 2006 no han servido para obligarle a poner fin a su programa nuclear. Como su abuelo Kim Il-sung y su padre Kim Jong-il, ahora Kim Jong-un ve en las armas atómicas una garantía de supervivencia.
Las negociaciones de Estados Unidos en los años 90 quizás podrían haber servido para congelar el programa atómico de Pyongyang, pero el desarrollo de los acontecimientos desde entonces ha superado un punto de no retorno para el joven líder norcoreano.
En la actualidad, las armas atómicas y los misiles forman parte de la identidad de la aislada nación tanto como la venerada dinastía Kim. Sus 25 millones de habitantes viven como en una secta y no saben lo que pasa en el resto del mundo. La evocada amenaza del "enemigo estadounidense" se utiliza para legitimar un sistema represivo y para explicar al pueblo la falta de recursos.
Para reactivar el diálogo, China pide a Estados Unidos que suspenda sus maniobras militares conjuntas con Corea del Sur y a Corea del Norte que a cambio congele su programa nuclear y de misiles.
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, no se ha cansado de abogar por ese enfoque de doble vía durante el encuentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) que se celebra estos días en Manila. Pero ambas partes rechazan la propuesta de Pekín.
Además, Wang está convencido (con un optimismo cauto) de que Corea del Norte no rechaza del todo la oferta de diálogo del nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in. También considera que es complicado volver a las conversaciones a seis bandas bajo la mediación de China -con Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia-, pero no imposible.
Las relaciones entre China y Corea del Nortes, antes estrechos aliados, se encuentran ahora en su punto más bajo. Pero más que las armas atómicas, Pekín teme el colapso del país o un conflicto militar a sus puertas. Las consecuencias podrían ser decenas de miles de muertos, millones de refugiados o la reunificación forzada de ambas Coreas bajo auspicio estadounidense. Y tener tropas estadounidenses en la frontera con China.
Sin embargo, con las negociaciones se mantendría el "statu quo" para China. También limitaría el riesgo de que se produzca un error de cálculo y una escalada que ahora aviva la Casa Blanca con la amenaza de una "opción militar". Además, China sólo quiere sanciones dirigidas y evitar las que puedan afectar al "pueblo llano" o desatar "una catástrofe en el comercio normal y regular", según afirmó el lunes el estatal "Diario del Pueblo".
Entre el 80 y el 90 por ciento del comercio norcoreano pasa por China. Ya hubo quejas de que Pekín no aplica del todo las sanciones o no presiona lo suficiente. Pero el "Diario del Pueblo" niega que China sea responsable de la situación. El nucleo del problema es el conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos, "una cuestión de seguridad", alega.
Para Cai Jian, profesor en la Universidad Fudan de Shanghai, los medios para solucionar el conflicto serían un acuerdo de paz, garantías de seguridad y un reconocimiento diplomático por parte de Estados Unidos. Pero no unas sanciones que sólo son un gesto.
"Estados Unidos tiene la llave", asegura. Pero también está convencido de que Corea del Norte nunca abandonará su programa nuclear. "Para ellos es una cuestión de seguridad", explica. El mismo motivo por el que India o Pakistán se hizo con armas atómicas, algo que la comunidad internacional permitió.
"Estados Unidos debe contener su arrogancia moral respecto a Corea del Norte", apunta el "Global Times", perteneciente al "Diario del Pueblo". Esta publicación acusa a Estados Unidos de "inactividad". "Parece difícil convencer a los estadounidenses de que la imposición de sanciones nunca solucionará la cuestión nuclear si no se abordan las preocupaciones de seguridad de Pyongyang", advierte.
"El líder de Corea del Norte (Kim Jong-un) ha dicho muchas veces que no abandonará bajo ninguna circunstancia el desarrollo de armas nucleares y que no participará en negociaciones que tengan como objetivo la eliminación de las armas nucleares", apunta Zhang Liangui, experto del Instituto para Estudios Estratégicos Internacionales de la Escuela Central del Partido Comunista Chino. "Es una estrategia nacional", añade.
Hoy mismo, Corea del Norte aseguró que no negociará sobre su programa y que no se desviará "ni un centímetro" de su camino hacia el rearme nuclear". "Si los enemigos creen que se puede poner nerviosa a Corea del Norte con sanciones, no es más que un delirio", advirtió.
Las ocho rondas de sanciones impuestas al país desde 2006 no han servido para obligarle a poner fin a su programa nuclear. Como su abuelo Kim Il-sung y su padre Kim Jong-il, ahora Kim Jong-un ve en las armas atómicas una garantía de supervivencia.
Las negociaciones de Estados Unidos en los años 90 quizás podrían haber servido para congelar el programa atómico de Pyongyang, pero el desarrollo de los acontecimientos desde entonces ha superado un punto de no retorno para el joven líder norcoreano.
En la actualidad, las armas atómicas y los misiles forman parte de la identidad de la aislada nación tanto como la venerada dinastía Kim. Sus 25 millones de habitantes viven como en una secta y no saben lo que pasa en el resto del mundo. La evocada amenaza del "enemigo estadounidense" se utiliza para legitimar un sistema represivo y para explicar al pueblo la falta de recursos.
Para reactivar el diálogo, China pide a Estados Unidos que suspenda sus maniobras militares conjuntas con Corea del Sur y a Corea del Norte que a cambio congele su programa nuclear y de misiles.
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, no se ha cansado de abogar por ese enfoque de doble vía durante el encuentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) que se celebra estos días en Manila. Pero ambas partes rechazan la propuesta de Pekín.
Además, Wang está convencido (con un optimismo cauto) de que Corea del Norte no rechaza del todo la oferta de diálogo del nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in. También considera que es complicado volver a las conversaciones a seis bandas bajo la mediación de China -con Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia-, pero no imposible.
Las relaciones entre China y Corea del Nortes, antes estrechos aliados, se encuentran ahora en su punto más bajo. Pero más que las armas atómicas, Pekín teme el colapso del país o un conflicto militar a sus puertas. Las consecuencias podrían ser decenas de miles de muertos, millones de refugiados o la reunificación forzada de ambas Coreas bajo auspicio estadounidense. Y tener tropas estadounidenses en la frontera con China.
Sin embargo, con las negociaciones se mantendría el "statu quo" para China. También limitaría el riesgo de que se produzca un error de cálculo y una escalada que ahora aviva la Casa Blanca con la amenaza de una "opción militar". Además, China sólo quiere sanciones dirigidas y evitar las que puedan afectar al "pueblo llano" o desatar "una catástrofe en el comercio normal y regular", según afirmó el lunes el estatal "Diario del Pueblo".
Entre el 80 y el 90 por ciento del comercio norcoreano pasa por China. Ya hubo quejas de que Pekín no aplica del todo las sanciones o no presiona lo suficiente. Pero el "Diario del Pueblo" niega que China sea responsable de la situación. El nucleo del problema es el conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos, "una cuestión de seguridad", alega.
Para Cai Jian, profesor en la Universidad Fudan de Shanghai, los medios para solucionar el conflicto serían un acuerdo de paz, garantías de seguridad y un reconocimiento diplomático por parte de Estados Unidos. Pero no unas sanciones que sólo son un gesto.
"Estados Unidos tiene la llave", asegura. Pero también está convencido de que Corea del Norte nunca abandonará su programa nuclear. "Para ellos es una cuestión de seguridad", explica. El mismo motivo por el que India o Pakistán se hizo con armas atómicas, algo que la comunidad internacional permitió.
"Estados Unidos debe contener su arrogancia moral respecto a Corea del Norte", apunta el "Global Times", perteneciente al "Diario del Pueblo". Esta publicación acusa a Estados Unidos de "inactividad". "Parece difícil convencer a los estadounidenses de que la imposición de sanciones nunca solucionará la cuestión nuclear si no se abordan las preocupaciones de seguridad de Pyongyang", advierte.