AFP (Agencia France-Presse)
Berlín, Alemania. - De la Amazonía brasileña a la Mesopotamia argentina, un cine 100% regional a la búsqueda de voces auténticas emergió en esta 66ª Berlinale, en una época de producciones multinacionales que apuntan comercialmente a un mercado global.
Cada vez es más difícil definir el origen de un filme, entre coproducciones de múltiples países, realizadores, actores y escenarios varios, donde lo universal si bien asegura una jugosa taquilla va a veces en detrimento de lo auténtico.
El actor francés Gerard Depardieu que presentó dos películas en Berlín salió al ruedo de esa problemática este viernes al deplorar --en referencia a la oscarizable "The Revenant"-- las películas "cada vez más anecdóticas y falsas" rodadas en el "fabuloso confort" de las superproducciones.
Tal vez sea por eso --al menos en los festivales-- que se ve emerger un cine de realizadores a la escucha del terruño con actores y sensibilidad local.
- Mestizaje y bisexualidad en el Amazonas -
Desde Werner Herzog, el Amazonas fascina a los cineastas con resultados diversos y "El Abrazo de la serpiente" del colombiano Ciro Guerra lo trajo este año a la Berlinale, días antes de la definición de los Oscar.
Lejos de la alfombra roja, "Antes o tempo nao acabava" (Antes el tiempo no terminaba) de Sergio Andrade y Fabio Baldo, aspiraba a filmar la Amazonia bajo un enfoque deliberadamente humano y local.
"Creo que era importante mostrar al Amazonas desde nuestra propia perspectiva", dijo a la AFP Sergio Andrade, nacido en Manaos en 1967.
La película cuenta las aventuras del indígena Anderson (Anderson Tikuna) en la zona de fractura de dos mundos, el tradicional de su tribu -con sus ritos y supersticiones, no siempre benignas- y el de la ciudad devoradora de individuos, con sus tentaciones y sus oportunidades.
Anderson conocerá el sexo casual con un mestizo que conoce en una discoteca o el amor heterosexual con una mujer blanca.
"El filme es un intercambio de deseos entre un indio que quiere experimentar el mundo urbano blanco y los blancos que tienen una simpatía con la causa indígena, otros que la explotan o que la burocratizan", dijo Andrade.
Fabio Baldo, codirector paulista, explicó que su preocupación era "no tratar al personaje de forma exótica o estereotipada". "Tratamos de mostrar la humanidad del personaje, en esa zona de transición entre tradición y modernidad".
En una dinámica similar, Baldo prepara una película sobre los agricultores del Estado de Sao Paulo amenazados por la agroindustria. Andrade otra sobre el Amazonas y la tierra de los indígenas codiciada por los grandes conglomerados.
- Tradición y ruralidad amenazada -
Una ruralidad apegada a las tradiciones pero igualmente amenazada es el sensible e inquietante clima en el que se desarrolla "La helada negra", lagometraje de Maximiliano Schonfeld, que ya había abordado el tema en "Germania" (2013).
En la provincia de Entre Rios, las cosechas de granjeros de origen alemán instalados hace generaciones se ven amenazadas por devastadoras heladas, que la presencia de una misteriosa joven parece sin embargo ayudar a neutralizar.
Protagonizada por Lucas Schell y un elenco de otros habitantes de la localidad de Valle María, a 60 km de Crespo, ciudad natal de Schonfeld, el filme explora la supervivencia de este grupo en un entorno casi apocalíptico y la esperanza que genera la aparición de Alejandra, interpretada por la brasileña Ailín Salas, figura deliberadamente exótica en el set.
La premisa de Schonfeld es que "son los lugares, en este caso la granja y las personas, las que te dicen cómo hay que filmarlos, y de qué manera".
Para el casting estuvo viajando por aldeas y pueblos antes de armar el "tejido" del filme, resultado de un diálogo "bajo y sereno" con el mundo que se dispone a rodar. "Pienso que el alma no se deja ver tan fácilmente, hay que tener paciencia y sobre todo trabajar mucho".
Su película tiene una proyección mística y proclama la validez de la tradición como respuesta de supervivencia. La salvación, estima Schonfeld, llega de la mano de la esperanza, la fe y el conocimiento que generó a lo largo del tiempo. En el ámbito urbano, señala, "las tradiciones no desaparecen, sino que van ocupando capas más complejas en la vida de las personas".
Tras el éxito que representó su presencia en la sección Panorama de la Berlinale, el director tiene en mente nuevos proyectos. Pero solo revela de momento un par de imágenes: "dos hombres con una historia de amor prohibido, un pueblo, y luces de ovnis".