Público, Madrid, España
Madrid, Patricia Campelo. - El movimiento estudiantil cobra fuerza en Italia frente a las decisiones del Gobierno de Berlusconi de dejar un sistema educativo de mínimos. La 'reforma Gelmini', nombre de la ministra que ha impulsado los cambios, ha sido aprobada hoy en el Senado.
La 'reforma Gelmini' ya es definitivamente una ley. ¿Qué tienen previsto ahora los estudiantes?
Vamos a seguir con la movilización tal y como llevamos haciendo todo el año. Tratamos de aumentar una presencia más social con los sindicatos y las asociaciones. El movimiento continuará haciendo un trabajo integrado con estos agentes sociales y demás partes de la sociedad. Y continuaremos, de todas formas, enfrentándonos a la reforma, teniendo presente que, si bien ya está aprobada formalmente, no hay fondos para llevarla adelante, por lo que la Universidad tendrá problemas para poder aplicarla. Por ello, aún estamos en el escenario donde el movimiento puede ser efectivo. Además, en 2008 construimos un proyecto de universidad nuestra, tal como la queremos nosotros. Fue una gran iniciativa en la que participaron más de 6.000 personas en la Universidad de La Sapienza. Lo llamamos Autorreforma y este proyecto lo llevaremos adelante y lo estudiaremos con investigadores y con todas las figuras de la formación en la universidad. Es un proyecto que ya nos lo ha pedido el presidente de la República, Giorgio Napolitano.
Con él habéis hablado recientemente, ¿cuál es su predisposición hacia la Autorreforma?.
Le dijimos cuál era la universidad que queremos. El presidente quiere leer nuestra propuesta y esperamos que la considere. El problema que tienen los estudiantes como en tantas esferas sociales es que no estamos representados, nuestras peticiones no son consideradas. Si el presidente Napolitano quisiese hacer esto sería una gran noticia porque la reforma Gelmini, como está planteada, destruye la universidad y no deja que se den condiciones para plantearse otro escenario educativo.
La ministra Gelmini acusa a los estudiantes de estar bajo órdenes de la oposición y de los sindicatos.
En 2008, el Partido Democrático apoyaba la reforma universitaria, el único obstáculo que ponían era el de la financiación para llevarla a cabo. Así que no estamos instrumentalizados por los partidos de la oposición, es más, hemos obligado a estos partidos a cambiar su punto de vista respecto a la reforma. Si ahora la oposición es crítica con esta medida es porque los estudiantes hemos tomado la palabra, hemos hecho propuestas y, en general, nos hemos hecho escuchar.
Berlusconi aseguraba hoy que en enero decidirá si adelanta las elecciones en caso de carecer de mayoría parlamentaria para llevar a cabo sus reformas, ¿le creéis?.
Ya no nos sorprendemos más. La credibilidad de este Gobierno está deslegitimada por sus operaciones de compra venta de votos. Los diputados votan a Berlusconi porque les paga.
Cómo valoráis las movilizaciones que se han hecho en España frente a reformas impopulares de sus Gobiernos?
En general, se está dando una vigilancia a través del 'ojo europeo'. Se ha visto con las revueltas de Londres, con las huelgas generales en Francia. Se está formando un sustrato que puede ser útil, también para España, para construir una alianza social sin estigmatizar al estudiante y sin dividir entre buenos y malos.
¿Los medios contribuyen a estigmatizar al estudiante violento?
Estigmatizar la violencia divide entre buenos y malos. Hablar de casos puntuales mínimos dentro de una manifestación de cerca de 100.000 personas es vendarse los ojos y no querer ver la realidad. Este es un problema de toda la prensa, tanto la extranjera como la italiana. No obstante, el trabajo que se ha estado haciendo en la universidad y de alianza social en Italia ha llevado a que algunos medios y algunos periodistas cambien de postura y empiecen a decir que, más allá de la radicalidad de los hechos que se han dado, hay una rabia que viene a ser positiva y afirmativa que posibilita las condiciones ideales para que se dé el cambio.
La Policía italiana ha apuntado a grupos anarquistas como los posibles responsables de los ataques en las embajadas de Chile y Suiza, ¿cómo valoráis este extremo?.
No me sorprende que tras unos hechos así de graves, que se dan tras meses de movilizaciones sociales, la única respuesta de las instituciones sea que estas movilizaciones puedan ser responsables de los atentados. Como es habitual en la historia italiana por excelencia, cada vez que se da un movimiento reivindicativo, hay una denuncia, por parte del Gobierno, de terrorismo o de violencia señalando a los que reivindican, algo injusto, falso y peligroso porque es un modo de eludir las transformaciones sociales que se están dando. Hay un componente social que está gritando con rabia, indignación, que quiere ser escuchado y que no es representado.
Y el Gobierno no escucha ese grito.
Es negativo que el Gobierno no quiera tener en cuenta las movilizaciones ya que no se trata sólo del ámbito universitario, sino de todo el país.