Combates en Saná entre aliados en la guerra de Yemen
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Saná/El Cairo. - El enfrentamiento de los hutis y las fuerzas del ex presidente de Yemen Ali Abdullah Saleh en los últimos días en la capital, Saná, apuntan a un posible cambio de alianzas en la guerra que lleva tres años desangrando el país más pobre de la península Arábiga.
Saleh, que en los últimos tres años combatió en una extraña alianza junto a los hutis contra las fuerzas del expresidente Abd Rabu Mansur Hadi (que está exiliado en Arabia Saudí), tendió de repente el sábado la mano al diálogo a Arabia Saudí y sus aliados. Mientras, en las calles de Saná sus fuerzas se enfrentan desde el miércoles a los hutis, sus aliados hasta entonces.
El posible cambio de bando de Saleh complica la ya difícil relación de fuerzas en el conflicto de Yemen, donde Ansarulá-los hutis-, enemigos de Estados Unidos, Arabia Saudí e Israel, luchan desde 2014 contra los partidarios del expresidente Hadi. A éste lo apoya una coalición de países encabezados por Arabia Saudí que bombardea el país desde marzo de 2015.
El encaje de Saleh en la contienda era difícil. El ex presidente lanzó varias guerras contra los hutis cuando gobernaba el país, que lideró durante más de 30 años hasta que fue expulsado del poder en 2012 en el marco de las Primaveras Árabes.
Sin embargo, se unió a Ansarulá cuando éstos tomaron Saná a finales de 2014 cuando el expresidente Hadi se retiró del gobierno de unidad nacional.
Pero ahora muchos se preguntan si quiere volver a cambiar de bando. "Llamo a todos los hermanos de los países vecinos y sus aliados a frenar las agresiones contra Yemen. Pasaremos página hacia una relación positiva", dijo sorpresivamente el sábado en una declaración en la televisón yemení.
Saleh se refería a la coalición saudí, a quien pedía levantar totalmente el bloqueo impuesto a los aeropuertos y puertos del país para permitir la entrada de ayuda humanitaria. Entonces se podrá volver a hablar unos con otros en una atmósfera "vecinal", señaló, en lo que los saudíes interpretaron como una ruptura de Saleh con los hutis.
La noticia es importante porque una amplia parte del Ejército del ex jefe de Estado de 75 años sigue siéndole fiel y sin su apoyo los hutis no hubieran podido realizar tantos avances en el país y forzar al expresidente Hadi a exiliarse en Riad. Aún hoy, los hutis y sus aliados siguen controlando una amplia parte del norte y la capital Saná.
Los saudíes saludaron la oferta de conversaciones, mientras los hutis reaccionaron tildando de "traición" sus palabras. El líder rebelde, Abdel Malek al Houthi, le pidió que sea "más maduro" que sus tropas y que ponga fin a los enfrentamientos en Saná.
Además, los hutis reaccionaron asegurando que habían lanzado un proyectil contra un reactor nuclear en Emiratos Árabes Unidos (EAU), miembro de la alianza saudí y a quienes los hutis culpan del cambio de postura de Saleh. Fuentes emiratíes, sin embargo, negaron el ataque.
El mes pasado los hutis ya intentaron alcanzar con un misil el aeropuerto internacional de Riad. El proyectil fue interceptado,pero el suceso provocó fuertes ataques aéreos por parte de Riad y el bloqueo aéreo y marítimo del país que empeora la grave hambruna y epidemia de cólera que sufre.
Adam Baron, experto en Yemen del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) considera que se ha alcanzado un "punto de inflexión" en la guerra, aunque aún no está claro hacia dónde se dirige Saleh. Podría ser que busque un nuevo acuerdo de paz, señala. "Pero al mismo tiempo hay riesgo de una nueva guerra civil dentro de la guerra civil", alertó a dpa.
De momento, todo se ha traducido en una escalada de violencia: el fin de semana los combates entre los seguidores de Saleh y los hutis dejaron más de 80 muertos en Saná, según datos de la emisora saudí Al Arabiya. También la coalición saudí intensificó hoy sus ataques aéreos contra los hutis cerca de la capital según informó la emisora sin dar cifras de víctimas.
Yemen lleva inmerso en una guerra civil desde 2014, intensificada desde marzo de 2015 cuando Riad creó la alianza militar para atacar a los hutis y evitar así que Yemen se convierta en un país independiente y enemigo de saudíes, estadounidenses e israelíes.
El posible cambio de bando de Saleh complica la ya difícil relación de fuerzas en el conflicto de Yemen, donde Ansarulá-los hutis-, enemigos de Estados Unidos, Arabia Saudí e Israel, luchan desde 2014 contra los partidarios del expresidente Hadi. A éste lo apoya una coalición de países encabezados por Arabia Saudí que bombardea el país desde marzo de 2015.
El encaje de Saleh en la contienda era difícil. El ex presidente lanzó varias guerras contra los hutis cuando gobernaba el país, que lideró durante más de 30 años hasta que fue expulsado del poder en 2012 en el marco de las Primaveras Árabes.
Sin embargo, se unió a Ansarulá cuando éstos tomaron Saná a finales de 2014 cuando el expresidente Hadi se retiró del gobierno de unidad nacional.
Pero ahora muchos se preguntan si quiere volver a cambiar de bando. "Llamo a todos los hermanos de los países vecinos y sus aliados a frenar las agresiones contra Yemen. Pasaremos página hacia una relación positiva", dijo sorpresivamente el sábado en una declaración en la televisón yemení.
Saleh se refería a la coalición saudí, a quien pedía levantar totalmente el bloqueo impuesto a los aeropuertos y puertos del país para permitir la entrada de ayuda humanitaria. Entonces se podrá volver a hablar unos con otros en una atmósfera "vecinal", señaló, en lo que los saudíes interpretaron como una ruptura de Saleh con los hutis.
La noticia es importante porque una amplia parte del Ejército del ex jefe de Estado de 75 años sigue siéndole fiel y sin su apoyo los hutis no hubieran podido realizar tantos avances en el país y forzar al expresidente Hadi a exiliarse en Riad. Aún hoy, los hutis y sus aliados siguen controlando una amplia parte del norte y la capital Saná.
Los saudíes saludaron la oferta de conversaciones, mientras los hutis reaccionaron tildando de "traición" sus palabras. El líder rebelde, Abdel Malek al Houthi, le pidió que sea "más maduro" que sus tropas y que ponga fin a los enfrentamientos en Saná.
Además, los hutis reaccionaron asegurando que habían lanzado un proyectil contra un reactor nuclear en Emiratos Árabes Unidos (EAU), miembro de la alianza saudí y a quienes los hutis culpan del cambio de postura de Saleh. Fuentes emiratíes, sin embargo, negaron el ataque.
El mes pasado los hutis ya intentaron alcanzar con un misil el aeropuerto internacional de Riad. El proyectil fue interceptado,pero el suceso provocó fuertes ataques aéreos por parte de Riad y el bloqueo aéreo y marítimo del país que empeora la grave hambruna y epidemia de cólera que sufre.
Adam Baron, experto en Yemen del think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) considera que se ha alcanzado un "punto de inflexión" en la guerra, aunque aún no está claro hacia dónde se dirige Saleh. Podría ser que busque un nuevo acuerdo de paz, señala. "Pero al mismo tiempo hay riesgo de una nueva guerra civil dentro de la guerra civil", alertó a dpa.
De momento, todo se ha traducido en una escalada de violencia: el fin de semana los combates entre los seguidores de Saleh y los hutis dejaron más de 80 muertos en Saná, según datos de la emisora saudí Al Arabiya. También la coalición saudí intensificó hoy sus ataques aéreos contra los hutis cerca de la capital según informó la emisora sin dar cifras de víctimas.
Yemen lleva inmerso en una guerra civil desde 2014, intensificada desde marzo de 2015 cuando Riad creó la alianza militar para atacar a los hutis y evitar así que Yemen se convierta en un país independiente y enemigo de saudíes, estadounidenses e israelíes.