Comienza la evacuación de cuatro ciudades asediadas en Siria
AFP (Agencia France-Presse)
Rachidine, Siria. - Tras una larga espera, civiles y combatientes comenzaron el viernes a ser evacuados de cuatro ciudades asediadas en Siria, mientras que los aliados del presidente Bashar al Asad se reunían en Moscú en medio de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
Miles de personas se subieron este viernes temprano en autobuses para salir de dos ciudades asediadas por los rebeldes, Fua y Kafraya, y de otras dos cercadas por el régimen, Madaya y Zabadani.
Esta compleja operación fue posible gracias a un acuerdo entre todas las partes y auspiciado por Catar, apoyo de los rebeldes, e Irán, aliado del régimen.
En Al Rashidin, una ciudad al este de Alepo controlada por la oposición, un corresponsal de la AFP vio llegar a unos 5.000 habitantes de Fua y Kafraya a bordo de unos 80 autobuses y 20 ambulancias.
Un gran número de mujeres, niños y personas mayores iban a bordo de estos autobuses escoltados por combatientes, especialmente de la ex filial de Al Qaida en Siria, rebautizada con el nombre de Fateh al Sham.
"No puedo describiros lo que siento pero espero que un día volverá la armonía entre nosotros como antes" de la guerra, declaró un habitante a la AFP.
En virtud del acuerdo, los 16.000 habitantes de Fua y Kafraya deben, vía Al Rashidin, llegar a Alepo, a Damasco o a la provincia de Lataquia (oeste), bastiones del régimen.
"La gentes está derrotada. El sentimiento que impera es la angustia, la tristeza y la rabia", afirmó Mohamed Darwich, un médico de Madaya.
"Es realmente muy duro ver delante de ti a los que te han asediado y te han hecho morir de hambre y bombardeado", contó Amjad Al Maleh, otro habitante de Madaya, cuando las fuerzas del régimen montaban en los autobuses para registrarlos.
Más de 30.000 personas deben ser evacuadas según un acuerdo concluido en marzo, que comenzó el miércoles con un intercambio de prisioneros.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), quedarían 150 rebeldes en Zabadani, que serán evacuados el viernes, mientras que miles de civiles en Madaya decidieron quedarse.
Desde el inicio del conflicto en 2011, se han organizado varias operaciones de evacuación, especialmente para bastiones insurgentes asediados, con el régimen apostando por lo que él llama acuerdos de "reconciliación local" para que los rebeldes se replieguen.
Por su parte, la oposición calificó "los traslados forzados de crimen contra la humanidad".
Según la ONU, al menos 600.000 personas viven en zonas asediadas, en su mayoría por fuerzas gubernamentales, y 4 millones en regiones de difícil acceso.
Lejos del terreno en Siria, los jefes de la diplomacia iraní y rusa, cuyos países son aliados de Damasco, y el ministro sirio de Relaciones Exteriores, se reunían en Moscú para hacer balance.
Esta reunión tenía lugar una semana después del ataque estadounidense contra una base aérea siria, en represalias al presunto ataque químico que dejó 87 muertos el 4 de abril en la ciudad rebelde de Jan Sheijun (noroeste).
La administración estadounidense atribuyó la responsabilidad de este ataque al régimen sirio, calificándolo el jueves de "crimen de guerra".
En la entrevista con la AFP, Asad dijo, por su parte, que este ataque químico era "un invento al 100%", montado por "Occidente, principalmente Estados Unidos" para "servir de pretexto" al ataque del 7 abril contra la base aérea.
Esta compleja operación fue posible gracias a un acuerdo entre todas las partes y auspiciado por Catar, apoyo de los rebeldes, e Irán, aliado del régimen.
En Al Rashidin, una ciudad al este de Alepo controlada por la oposición, un corresponsal de la AFP vio llegar a unos 5.000 habitantes de Fua y Kafraya a bordo de unos 80 autobuses y 20 ambulancias.
Un gran número de mujeres, niños y personas mayores iban a bordo de estos autobuses escoltados por combatientes, especialmente de la ex filial de Al Qaida en Siria, rebautizada con el nombre de Fateh al Sham.
"No puedo describiros lo que siento pero espero que un día volverá la armonía entre nosotros como antes" de la guerra, declaró un habitante a la AFP.
En virtud del acuerdo, los 16.000 habitantes de Fua y Kafraya deben, vía Al Rashidin, llegar a Alepo, a Damasco o a la provincia de Lataquia (oeste), bastiones del régimen.
- 'Angustia' y 'rabia' -
Paralelamente, unos 65 autobuses salieron de Madaya y Zabadani, enclaves rebeldes asediados por las fuerzas gubernamentales en la provincia de Damasco, en dirección a la provincia rebelde de Idlib."La gentes está derrotada. El sentimiento que impera es la angustia, la tristeza y la rabia", afirmó Mohamed Darwich, un médico de Madaya.
"Es realmente muy duro ver delante de ti a los que te han asediado y te han hecho morir de hambre y bombardeado", contó Amjad Al Maleh, otro habitante de Madaya, cuando las fuerzas del régimen montaban en los autobuses para registrarlos.
Más de 30.000 personas deben ser evacuadas según un acuerdo concluido en marzo, que comenzó el miércoles con un intercambio de prisioneros.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), quedarían 150 rebeldes en Zabadani, que serán evacuados el viernes, mientras que miles de civiles en Madaya decidieron quedarse.
Desde el inicio del conflicto en 2011, se han organizado varias operaciones de evacuación, especialmente para bastiones insurgentes asediados, con el régimen apostando por lo que él llama acuerdos de "reconciliación local" para que los rebeldes se replieguen.
- Reunión en Moscú -
En una entrevista concedida el miércoles a la AFP en Damasco, el presidente sirio, Bashar al Asad, afirmó que "el desplazamiento que se hace en este contexto es obligatorio". "No lo hemos elegido, y deseamos que cualquier persona pueda quedarse en su pueblo y en su ciudad (...) Por supuesto, volverán a sus casas después de la liberación", aseguró.Por su parte, la oposición calificó "los traslados forzados de crimen contra la humanidad".
Según la ONU, al menos 600.000 personas viven en zonas asediadas, en su mayoría por fuerzas gubernamentales, y 4 millones en regiones de difícil acceso.
Lejos del terreno en Siria, los jefes de la diplomacia iraní y rusa, cuyos países son aliados de Damasco, y el ministro sirio de Relaciones Exteriores, se reunían en Moscú para hacer balance.
Esta reunión tenía lugar una semana después del ataque estadounidense contra una base aérea siria, en represalias al presunto ataque químico que dejó 87 muertos el 4 de abril en la ciudad rebelde de Jan Sheijun (noroeste).
La administración estadounidense atribuyó la responsabilidad de este ataque al régimen sirio, calificándolo el jueves de "crimen de guerra".
En la entrevista con la AFP, Asad dijo, por su parte, que este ataque químico era "un invento al 100%", montado por "Occidente, principalmente Estados Unidos" para "servir de pretexto" al ataque del 7 abril contra la base aérea.