Al contrario de lo que ocurrió en las primeras comparecencias de Mubarak, los pasados 3 y 15 de agosto, en la que el ex presidente apareció tumbado en una camilla ante su supuesto mal estado de salud, las declaraciones de los testigos no serán transmitidas en directo por televisión.
El objetivo de la comparecencia de los testigos es determinar si la orden de disparar contra los manifestantes durante los acontecimientos de enero y febrero, que acabaron con la salida del poder de Mubarak, fue dada o no por el ex hombre fuerte del régimen.
La represión de la revuelta social provocó 850 muertos, según las cifras oficiales.
De ser declarado culpable, Mubarak podría ser condenado a la pena capital.