En lo que los defensores de los derechos reproductivos esperan que presagie una gran victoria legal más adelante este año, la Corte restableció temporalmente la orden de un juez que bloqueó una nueva ley de Luisiana que obliga a los médicos a obtener una afiliación formal con un hospital local.
Un tribunal de apelaciones había dictaminado la semana pasada que esta ley debía ser aplicada.
Los defensores del derecho al aborto dicen que esta ley fue diseñada para cerrar las clínicas de abortos, al exigirles "privilegios de admisión" al hospital difíciles de conseguir.
"Estas tácticas sucias de cerrar el acceso a las mujeres al aborto legal y seguro simplemente no se pueden soportar", dijo la presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, Nancy Northup, en un comunicado.
El centro representa a las clinicas de Luisiana que se oponen a esta ley en los tribunales.
El juez Clarence Thomas fue el único miembro de la Corte que públicamente disiente de esta orden.
La Corte Suprema está considerando un caso casi idéntico en Texas con implicaciones nacionales.
La ley de Luisiana fue firmada por el exgobernador republicano Bobby Jindal, en 2014.
El aborto es legal en Estados Unidos desde 1973, tras un histórico fallo de la Corte Suprema.