AFP (Agencia France-Presse)
LIBREVILLE. - La República Centroafricana (RCA) sigue hundiéndose en el caos, con actos de violencia diarios tanto en las provincias alejadas como en la capital, Bangui, lo que obligó al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a pedir el envío de 6.000 cascos azules.
El país vive enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, entre grupos de auto-defensa y ex rebeldes, que llegaron al poder luego de haber derrocado al presidente François Bozizé, en marzo.
A eso se agrega un fuerte avance de la criminalidad en Bangui, donde circulan muchas armas.
La República Centroafricana alcanzó "un nivel alarmante de violencia intercomunitaria" entre cristianos y musulmanes, advirtió el lunes el jefe de la ONU, quien dijo temer un "conflicto religioso y étnico en el país, con riesgo de que lleve a una espiral incontrolable que conduzca a atrocidades".
Luego de una relativa calma, los actos de violencia se reanudaron a inicios de noviembre en Bangui. El domingo, un alto magistrado fue "fríamente asesinado" por ex rebeldes, lo que provocó choques donde dos civiles murieron.
"La ciudad de Bangui se convirtió en el escenario de actos de violencia de todo tipo que van desde atracos, robos a mano armada hasta asesinatos", dijo hace unos días el procurador de la capital, Ghislain Grézenguet.
"Los familiares de las víctimas de estos crímenes, apoyados por una parte de la población descontenta, erigieron sistemáticamente barricadas y quemaron neumáticos en la vía pública como represalia", subrayó.
En el plano humanitario, la crisis provocó el desplazamiento de más de 400.000 personas. Más de un millón de centroafricanos, o sea el 20% de la población, están amenazados de hambre en los próximos meses, según el Programa Alimentario Mundial (PAM).
En la mayoría de las regiones, las poblaciones siguen sufriendo el acoso y el pillaje de los ex rebeldes y muchas poblaciones fueron vaciadas de sus habitantes, que prefieren ahora esconderse en al selva en condiciones sanitarias deplorables.
Una fuerza africana sin medios de acción
Frente a esto, la fuerza militar de la Misión internacional de apoyo en República Centroefricana (Misca), instalada por la Unión Africana (UA), tiene dificultades para desempeñar su papel.
La Misca debe garantizar la seguridad al país con un efectivo de 3.652 hombres, pero solo 2.500 están efectivamente disponibles, pero sin entrenamiento, ni medios materiales y financieros.
Sin embargo, después de la mediación y la instalación de una primera fuerza internacional por los jefes de Estado de Africa central, la UA había querido demostrar sus capacidades de gestión de crisis al estar muy presente en el problema centroafricano y tomar el control de las tropas africanas en el lugar.
"Es claro que Ban quisiera una operación de mantenimiento de la paz (OMP)", considera un diplomático. Pero los africanos desean administrar este asunto en la medida de lo posible ellos mismos.
"Una primera etapa debería ser crear un fondo" para otorgar más medios a la Misca, afirmó Philippe Bolopion, director ante la ONU de la organización humanitaria Human Rights Watch.
"Es urgente tratar esta crisis antes que escape a cualquier control", declaró el jefe de la ONU, que propuso desde un apoyo logístico a la Misca, por medio de un fondo gerenciado por la ONU y alimentado voluntariamente por los Estados miembros, hasta el envío de cascos azules, pasando por una operación híbrida, como la realizada en Somalia, donde una fuerza de la UA, la Amisom, es financiada por la ONU.
Una eventual OMP tendría un efectivo de 6.000 a 9.000 soldados de acuerdo con la gravedad de la situación, más unos 1.700 policías, consideró un informe de la ONU que se basa en informaciones de una misión de evaluación realizada del 27 de octubre al 8 de noviembre pasado.