Crisis en Túnez domina cumbre económica de jefes de Estado árabes en Egipto

AFP (Agence France-Presse)

SHARM EL SHEIJ, Samer Al Atrush, (AFP) - La cumbre económica de líderes de la Liga Árabe se abrió el miércoles en Sharm el Sheij (Egipto) con llamamientos para responder a las dificultades económicas y sociales de la región, en un contexto de creciente temor de contagio de la crisis de Túnez.

Crisis en Túnez domina cumbre económica de jefes de Estado árabes en Egipto
La cumbre comenzó sin la presencia del ministro tunecino de Relaciones Exteriores, Kamel Morjane, quien abandonó Egipto antes del inicio de la misma, indicó una fuente aeroportuaria.
Morjane, que era ministro de Relaciones Exteriores del depuesto presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali, viajó de la estación balnearia egipcia hacia El Cairo, de donde despegó para Túnez en la mañana, según esta fuente.
Mientras tanto, y desde la apertura del encuentro, el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, indicó que "la revolución en Túnez no está alejada de lo que discutimos aquí".
"El alma árabe está quebrada por la pobreza, el desempleo y el retroceso de los índices de desarrollo", agregó, subrayando la necesidad de lograr "éxitos reales" en esas áreas.
Esta cumbre constituye la primera reunión de jefes de Estado árabes desde la partida el viernes bajo presión popular del presidente Ben Alí, tras 23 años en el poder.
En el encuentro debe confirmarse un compromiso adoptado en la anterior cumbre económica árabe de 2009 en Kuwait de crear un fondo de 2.000 millones de dólares para financiar las pequeñas y medianas empresas y así impulsar el empleo.
El anfitrión de la cumbre, el presidente egipcio Hosni Mubarak, no habló directamente de Túnez, pero subrayó que el desarrollo económico y social se ha convertido en "una cuestión que concierne nuestro futuro, nuestra continuidad, y constituye una exigencia para la seguridad nacional".
Los gobiernos árabes multiplicaron en los últimos días los llamamientos a la unión y la vuelta de la estabilidad en Túnez, ante la inquietud de que la revuelta en ese país se desparrame como una mancha de aceite.
"Seguimos los esfuerzos de nuestros hermanos en Túnez para unirse y superar esta fase difícil", con el objetivo de alcanzar "la paz y la seguridad", declaró el emir kuwaití jeque Sabáh al-Ahmad al-Sabáh.
La revuelta tunecina había comenzado cuando un joven vendedor ambulante de 26 años, Mohamad Bouazizi, el 17 de diciembre, murió tras haberse prendido fuego.
Su gesto fue imitado en los últimos días por nueve personas en países árabes: cinco en Argelia, tres en Egipto y una en Mauritania.
La "revolución de los jazmines" tunecina es citada cono ejemplo por la oposición o los sindicatos de muchos países árabes, dominados por regímenes autoritarios y también víctimas de un profundo malestar social.
Diez jefes de Estado participan en la cumbre de 22 miembros de la Liga Árabe. El resto son primeros ministros o cancilleres.
El presidente sudanés Omar el-Bechir, cuyo país sería dividido en dos tras al referendo independentista de Sudán del Sur, asiste a la reunión.
Béchir es objeto de una orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en Darfur, región del oeste de Sudán escenario de una compleja guerra civil.
Líbano también debería estar en la agenda de las entrevistas de los líderes presentes en Sharm el Sheij, en momentos en que Arabia Saudita anuncia haber abandonado sus esfuerzos de mediación conjunta con Siria en la crisis política que afecta a ese país.


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