AFP (Agencia France-Presse)
KABUL. - La elección presidencial afgana se transformó el jueves en crisis política con la amenaza del candidato con mayor número de votos en la primera vuelta, Abdula Abdula, de rechazar el resultado de la segunda ronda por sospechas de fraude.
"A partir de ahora, todas las acciones de la comisión electoral serán ilegales y sus resultados serán inaceptables para nosotros", declaró Abdula este jueves en una rueda de prensa en Kabul.
El miércoles, Abdula había anunciado ya que boicoteaba a la Comisión Electoral Independiente (IEC), al retirar sus observadores, y solicitar la suspensión "inmediata" del conteo de los votos para examinar los problemas de fraude.
Sus declaraciones podrían fragilizar la primera transición democrática de la historia del país, dirigido por el presidente Hamid Karzai desde la caída de los talibanes en 2001.
La crisis política después de la segunda vuelta, que se llevó a cabo el 14 de junio sin mayores violencias, podría abrir un nuevo periodo de inestabilidad en Afganistán, en momentos en que una parte de los 50.000 soldados de la OTAN deben abandonar el país antes de fin de año.
Unos 10.000 soldados estadounidenses podrían permanecer en el lugar, si un acuerdo bilateral de seguridad es firmado por el nuevo presidente.
Los temores de que se agrave la crisis fueron resaltados por la ONU desde el miércoles, cuando en un comunicado calificó de "lamentable" la decisión de Abdula de tomar sus distancias con respecto a la IEC.
Desde el domingo Abdula Abdula, que obtuvo 45% de los votos en la primera vuelta el 5 de abril, ha multiplicado las ruedas de prensa para denunciar fraudes que podrían beneficiar a su rival Ashraf Ghani (31,6% de votos en la primera vuelta).
Este último se ha mostrado bastante discreto al rechazar en bloque las acusaciones de Abdula.
- Temor de tensiones étnicas -
Se temen tensiones étnicas entre los dos campos en caso de desacuerdo sobre los resultados de la votación. Ghani, un pashtun, goza del apoyo de esa población del sur de Afganistán, mientras que Abdula es sostenido sobre todo por los tayikos del norte.
Furioso de que sus demandas no hayan sido atendidas por la IEC, Abdula subió el tono este jueves afirmando que no reconocía a esa comisión ni tampoco la de reclamaciones electorales (ECC) porque "desprecian nuestras demandas legítimas en nombre de millones de electores en Afganistán".
"Su legitimidad ha terminado", afirmó.
El candidato también pide el despido de Zia-ul-Haq Amarkhail, un alto responsable de la comisión electoral independiente (IEC), acusado de irregularidades en el transporte de papeletas durante la segunda vuelta de los comicios, celebrada el sábado.
Ante el temor de que sus partidarios creen tensiones y enfrentamientos en el país, Abdula aseguró que quiere cumplir la ley y pidió a sus partidarios "que respeten las leyes afganas y los intereses nacionales" aunque advirtió que un "gobierno ilegítimo no es aceptable".
Un pequeño grupo de cien partidarios de Abdula se manifestó el jueves en Kabul sin incidentes.
La publicación de los resultados preliminares está prevista el 2 de julio y el 22 de julio la comisión electoral independiente debería proclamar el nombre del nuevo presidente.