Cuba abre su primer mercado mayorista para las cooperativas privadas
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
La Habana. - El Gobierno cubano abrió su primer mercado mayorista de alimentos para las cooperativas privadas, pero por el momento no podrán comprar los demás trabajadores autónomos, informaron hoy medios locales.
En un inicio solo tendrá acceso a comprar las cooperativas no agropecuarias, que son antiguas empresas estatales que cambiaron su forma de gestión, pero por ahora quedan fuera como clientes otras formas de trabajo privado.
En el mercado "Mercabal", un primer grupo de 35 clientes pueden comprar con un 20 por ciento de descuento sobre la venta minorista una serie de productos como azúcar, frijoles, sal, cerveza y refrescos, hamburguesas y salchicas, que son los más demandados en los bares y cafeterías privadas.
La apertura de la primera tienda a precios mayoristas es "uno de los reclamos más reiterados de quienes ejercen las nuevas formas no estatales de gestión en el país", aseguró el periódico oficial "Granma".
Ante la falta de grandes mercados mayoristas, el sector privado se abastece en las tiendas minoristas donde compra el resto de ciudadanos, lo que provoca el desabastecimiento.
"Mercabal" funcionará como un experimento y posteriormente podrá ser ampliado a más tiendas, "una vez que esta propuesta inicial esté en óptimo funcionamiento y en dependencia de los lugares donde más trabajadores por cuenta propia existan", aseguró la ministra de Comercio Interior, Mary Blanca Ortega.
El presidente cubano, Raúl Castro, ha impulsado una serie de reformas económicas para darle más espacio al sector privado en el mercado laboral que ya emplea a medio millón de personas, que significa el 10 por ciento de la fuerza laboral.
En 2014, el Gobierno de Raúl Castro impulsó el proceso de cooperativización de empresas estatales que eran deficitarias como restaurantes o barberías, pasando su gestión a los trabajadores, aunque manteniendo el Estado la propiedad de los inmuebles.
La apertura al sector privado tuvo un freno el agosto del año pasado, cuando el Gobierno cubano paralizó temporalmente la entrega de licencias a restaurantes privados y casas de alquiler para "frenar ilegalidades", que presuntamente se estaban cometiendo como la evasión fiscal o la compra de productos robados.
La congelación afectó a las licencias de los sectores económicos más demandados por el auge del turismo en la isla, que en 2017 superó los cuatro millones de visitantes.
En el mercado "Mercabal", un primer grupo de 35 clientes pueden comprar con un 20 por ciento de descuento sobre la venta minorista una serie de productos como azúcar, frijoles, sal, cerveza y refrescos, hamburguesas y salchicas, que son los más demandados en los bares y cafeterías privadas.
La apertura de la primera tienda a precios mayoristas es "uno de los reclamos más reiterados de quienes ejercen las nuevas formas no estatales de gestión en el país", aseguró el periódico oficial "Granma".
Ante la falta de grandes mercados mayoristas, el sector privado se abastece en las tiendas minoristas donde compra el resto de ciudadanos, lo que provoca el desabastecimiento.
"Mercabal" funcionará como un experimento y posteriormente podrá ser ampliado a más tiendas, "una vez que esta propuesta inicial esté en óptimo funcionamiento y en dependencia de los lugares donde más trabajadores por cuenta propia existan", aseguró la ministra de Comercio Interior, Mary Blanca Ortega.
El presidente cubano, Raúl Castro, ha impulsado una serie de reformas económicas para darle más espacio al sector privado en el mercado laboral que ya emplea a medio millón de personas, que significa el 10 por ciento de la fuerza laboral.
En 2014, el Gobierno de Raúl Castro impulsó el proceso de cooperativización de empresas estatales que eran deficitarias como restaurantes o barberías, pasando su gestión a los trabajadores, aunque manteniendo el Estado la propiedad de los inmuebles.
La apertura al sector privado tuvo un freno el agosto del año pasado, cuando el Gobierno cubano paralizó temporalmente la entrega de licencias a restaurantes privados y casas de alquiler para "frenar ilegalidades", que presuntamente se estaban cometiendo como la evasión fiscal o la compra de productos robados.
La congelación afectó a las licencias de los sectores económicos más demandados por el auge del turismo en la isla, que en 2017 superó los cuatro millones de visitantes.