DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Damasco/Beirut. - El Gobierno sirio reforzó hoy sus tropas destinadas a la ofensiva contra el enclave rebelde de Guta Oriental, pese a los llamamientos de la ONU a un alto el fuego, mientras la situación se agrava en la región kurda de Afrin, que hoy quedó incomunicada tras un bombardeo turco.
Más de 700 combatientes de milicias fieles al presidente Bashar al Assad tomaron posiciones en las líneas de frente de Guta Oriental, situada al este de Damasco y sometida al asedio de las tropas sirias desde 2013, informó hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
"El régimen se está preparando para continuar su ofensiva y espera seguir avanzando", dijo a dpa Rami Abdel Rahman, el director del Observatorio con sede en Londres y que basa sus informaciones en una red de activistas sobre el terreno.
Las tropas del Gobierno se hicieron en los últimos días con en torno al 40 por ciento de Guta Oriental, una zona que habían atacado por aire con fuerza en los últimos días.
Se cree que unos 400.000 civiles están atrapados en el enclave controlado en su mayoría por rebeldes islamistas en una situación humanitaria que las organizaciones internacionales califican de desesperada.
Desde Ginebra, el alto comisionado para los Derechos Humanos, Zaid Raad al Hussein, criticó duramente a la cúpula siria y consideró injusficable el asedio a la zona.
Sin embargo, Rusia salió hoy en defensa de la ofensiva de su aliado el presidente Bashar al Assad, asegurando que se dirige contra terroristas que están excluidos del alto el fuego de 30 días que pidió el Consejo de Seguridad el pasado 24 de febrero y que nunca entró en vigor.
Por ello, la ofensiva no viola la resolución 2401, dijo hoy la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Sajarova. En lugar de ese alto el fuego, Rusia aprobó una tregua temporal de cinco horas en Guta Oriental que está vigente cada mañana desde la semana pasada.
Sin embargo, no ha cesado la violencia y por el momento ningún civil ha podido abandonar la zona pese a que Rusia prometió abrir un corredor seguro para ello. Moscú responsabiliza a los rebeldes de no permitirles la salida, mientras éstos aseguran que nadie se marcha por temor a represalias en manos del régimen una vez lo hayan hecho.
Mientras tanto, los rebeldes de Guta están negociando con Turquía para poder evacuar a cientos de combatientes vinculados con la red terrorista Al Qaeda, informó a dpa una fuente vinculada a la milicia islamista Faylaq al Rahman.
Se trataría de 240 combatientes de la Hayat Tahrir al Sham, vinculada a la organización terrorista, que está excluida del alto el fuego temporal decretado por Rusia en el enclave. Precisamente la presencia de terroristas en Guta es el argumento que utiliza Damasco para continuar sus ataques contra el enclave.
La fuente señaló que los grupos esperan que Turquía también pueda actuar como facilitadora de un alto el fuego de 24 horas con Rusia para permitir la entrada de ayuda a la zona. El lunes un convoy humanitario consiguió entrar pero apenas fue suficiente para el 10 por ciento de la población.
El convoy entró incompleto sin los suministros médicos que obligaron a retirar las fuerzas del Gobierno y muchos de los camiones no pudieron ser descargados del todo debido a que la violencia no paró durante el reparto. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió de nuevo a todas las partes un acceso seguro a la ayuda humanitaria.
Mientras, la situación se agrava en un segundo frente: fuertes bombardeos turcos contra el enclave kurdo de Afrin, en el noroeste, dejaron incomunicada la zona, informó el Observatorio. Más de un millón de personas están bajo asedio en la ciudad y en los pueblos de alrededor en medio de la ofensiva que Turquía lanzó el 20 de enero contra las milicias kurdas Unidades de Protección Popular (YPG).
El Observatorio añadió que la situación de los residentes de Afrin ha empeorado, especialmente por la falta de suministro médico y medicinas y que la gente está ahora confinada en el centro de la ciudad. El martes, decenas de proyectiles cayeron en Afrin, hiriendo a varias personas, entre ellas dos niños.
Turquía y los rebeldes sirios aliados han tomado el control de un centenar de pueblos a lo largo de la frontera con Turquía que estaban antes bajo control kurdo. Ankara considera a las YPG terroristas por su vinculación al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y no se ve aludida por el alto el fuego que exigió la ONU.
El Consejo de Seguridad volverá a debatir hoy a puerta cerrada a partir de las 17:00 GMT, a petición de Francia y Reino Unido, según supo dpa de fuentes diplomáticas.
Además, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y sus hómologos ruso, Vladimir Putin, e iraní, Hassan Rohani, se reunirán el 4 de abril en Estambul en una cumbre sobre el conflicto sirio. Rusia e Irán apoyan al presidente sirio, Bashar al Assad, mientras Turquía apoya a la oposición rebelde. Los tres países pusieron en marcha juntos un proceso de paz conocido como el proceso de Astaná, que transcurre en paralelo a los esfuerzos que media la ONU en Ginebra.