Debate en España: ordenan detener a madre golpeada que huyó con hijos

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Madrid. - Dejar a sus hijos en manos de un hombre condenado por maltratos fue una línea roja para Juana Rivas. Para evitarlo, la mujer inició hace más de un año una polémica fuga con sus dos niños. El drama que viene dividiendo a España dio hoy un giro drástico cuando el juez ordenó la detención de la madre.

Después de semanas agitando el debate sobre derechos de la mujer, protección de menores y violencia machista, la noticia saltó a las portadas de diarios e informativos: Rivas no acudía a la cita con el juzgado en donde debía explicar hoy la situación y el juez dictaba su "detención y puesta a disposición judicial".

Quien sí se presentó ante el juzgado de Granada, sur de España, fue Francesco Arcuri, el italiano padre de los dos niños retenidos por su ex mujer, que ingresó al tribunal entre decenas de personas que gritaban consignas y mostraban carteles como "Stop Feminazis" y "Francesco somos todos".

Tras constatar que Rivas no acudía a la cita, los abogados de Arcuri denunciaron "un presunto delito de sustracción de menores" y pidieron su entrega "inmediata", como dictaminó ya una sentencia judicial. "Me he visto obligado a solicitar medidas sobre ella y relacionadas con los niños", explicó un letrado al salir de la corte.

¿Es Rivas una madre heroica o la secuestradora de sus propios hijos? La respuesta al drama que ha dividido la opinión pública en España se encuentra en gran parte en lo ocurrido hace ocho años la madrugada del 11 de mayo de 2009 en Caloforte, un pequeño pueblo de la isla italiana de Cerdeña.

Según Rivas, esa noche llegó tarde a casa, por lo que Arcuri la golpeó "repetidamente" y tuvo que recibir atención médica. El italiano también la denunció por el episodio, pero reconoció luego su culpa mal aconsejado por un abogado para ver "de inmediato" a su hijo, según su versión. La Justicia española lo condenó por "lesiones en el ámbito familiar" a tres meses de prisión y un año y tres meses sin poder acercarse a menos de 200 metros de la mujer.

En mayo de 2016, Rivas se llevó a los dos niños desde Italia, donde vivían con su padre, a la localidad granadina de Maracena. Dijo a su ex marido que era por unas vacaciones y obtuvo su permiso para sacar a los menores del país. Al llegar a España presentó una denuncia contra él y nunca más regresó a Italia.

Arcuri denunció a Rivas por sustracción de menores y la Justicia de Granada ordenó en abril que la mujer le devolviera los niños, argumentando que no cabe "tomarse la justicia por la propia mano" y que no está probado que los niños se encuentren con su padre expuestos a "peligro físico o psíquico grave ni a una situación intolerable".

Rivas tenía como plazo máximo para entregar a los menores el 26 de julio, día en que se perdió su rastro. El drama familiar se convirtió de inmediato en uno de los temas protagónicos del tórrido verano español y generó concentraciones de apoyo a Rivas, tertulias televisivas y hasta una votación del Senado español sobre su caso.

En las redes sociales se creó la etiqueta "Juana está en mi casa" en respaldo a la mujer, cuyo nombre quedó hoy entre los temas más comentados de Twitter en España junto a "Stop Feminazis", el criticado cartel que se vio ante el juzgado que dictó su prisión.

El debate abierto llegó a la política. "Es propio de la Edad Media que una víctima de malos tratos tenga que entregar a sus hijos a manos de su maltratador", sentenció hoy la izquierdista Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.

Mientras unos celebraban "la desobediencia civil contra la violencia machista", otros ponían en duda las agresiones de Arcuri o criticaban la actuación de Rivas. También el sufrimiento de los dos menores, hasta ahora la única triste certeza de un drama que promete seguir dominando la opinión pública española los próximos meses.



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