AFP (Agencia France-Presse)
GINEBRA. - Las negociaciones de paz sobre Siria quedaron bloqueadas este lunes ante la incapacidad de los delegados del régimen de Bashar al Asad y de la oposición de abordar el espinoso tema de la transición política, pero ambas delegaciones anunciaron que seguirán negociando en Ginebra.
"Mañana (martes), volveremos a poner sobre la mesa la declaración de Ginebra (I)", declaró el emisario de la ONU Lakhdar Brahimi tras una difícil jornada de negociaciones en la que los dos campos enemigos interrumpieron rápidamente las negociaciones.
Reunidos por tercer día consecutivo en la sede de la ONU en Ginebra, las delegaciones debían abordar el lunes temas políticos después de haber discutido durante el fin de semana, aunque sin registrar avances, de cuestiones humanitarias.
"Las conversaciones de hoy no fueron constructivas debido a la actitud del régimen que quiso desviarse de las discusiones de Ginebra I", el texto redactado en junio de 2012 por las grandes potencias, declaró Rima Fleyhane, miembro de la delegación de la oposición.
"La delegación del régimen quiso cambiar de tema y hablar de terrorismo", añadió.
Una fuente próxima a la delegación del régimen confirmó a la AFP el bloqueo y explicó que la "oposición rechazó la hoja de trabajo (presentada por Damasco) y pidió que se hablara únicamente del órgano gubernamental de transición".
Fue entonces cuando el mediador "Brahimi levantó la sesión", precisó.
Sin embargo, las delegaciones afirmaron que no se retirarán de las negociaciones.
Esta "hoja de trabajo" del régimen contiene cinco puntos: respeto de la soberanía y de la independencia de Siria, rechazo de toda injerencia extranjera, Siria es una "democracia pluralista", rechazo del terrorismo y preservación de las instituciones del Estado.
Desde hace meses, la transferencia del poder es la "línea roja" de las negociaciones para las dos delegaciones.
El principio de la formación de un "órgano de transición gubernamental" fue enunciado en el comunicado final de Ginebra I en junio de 2012.
Esa idea, fruto de un paciente trabajo diplomático de rusos y estadounidenses, divide a partidarios y enemigos del presidente Al Asad.
Divide tanto a rusos e iraníes, "padrinos" del gobierno sirio, como a occidentales y monarquías del Golfo, pilares de la oposición.
La oposición considera que Ginebra I es sinónimo de gobierno de transición y salida de Asad, en el poder desde el año 2000, mientras que el régimen considera que abre la puerta a un gobierno de unión nacional ampliado y que la eventual salida del presidente la decidirán los sirios en elecciones.
Desde el sábado, las dos delegaciones comunican a través de Brahimi, pero evitando los temas políticos y concentrándose más bien en "temas humanitarios", como la situación de las poblaciones asediadas en el casco viejo de Homs y la suerte de los prisioneros y desaparecidos.
La primera reunión con una agenda estrictamente política tuvo lugar el lunes pero concluyó en un bloqueo.
Ninguna medida concreta en Homs
Brahimi obtuvo el domingo la promesa del gobierno de dejar que las mujeres y los niños abandonen la asediada Homs (centro-oeste).
Sin embargo, el jefe de operaciones en Medio Oriente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Robert Mardini, dijo a la AFP que por el momento Damasco "no ha tomado ninguna medida concreta".
Asimismo, Brahimi reconoció el lunes que la situación en Homs en cuanto al envío de convoyes humanitarios no ha avanzado. "No ha habido ninguna decisión de dejarlos entrar", declaró.
Considerada como el centro de la contestación, la ciudad de Homs ha pagado un alto precio su oposición a Bashar al Asad.
Los barrios rebeldes están asediados desde junio 2012 por el ejército regular, que los bombardea regularmente. Miles de sirios viven en condiciones inhumanas, en medio de una escasez de alimentos y medicamentos.