"Se han detectado a día de hoy tres fugas de combustible" por las que estaría saliendo hidrocarburo a razón de "entre cinco y diez litros por hora", según una primera estimación, explicó la ministra en una rueda de prensa junto al presidente regional canario, Paulino Rivero.

Las autoridades han descubierto estas fugas por medio de un robot submarino que ha bajado hasta el lugar donde reposa el pecio, a unos 2.700 metros de profundidad.

"La exploración sólo es posible desde el lado de babor, por lo que podría haber otras fugas todavía no detectadas", añadió el ministerio de Fomento en un comunicado.

La prioridad ahora es sellar estas fugas de combustible, añadió la ministra, que señaló que la intención también es extraer el fuel que queda en el interior del "Oleg Naydenov", de bandera rusa, que se hundió con 1.500 toneladas de combustible a bordo.

La ministra explicó que la principal mancha de hidrocarburo se encuentra a más de 200 km de las costas canarias y que otra mancha de unos cuatro kilómetros discontinuos que se avistó el miércoles a unos tres kilómetros de la costa de Veneguera, al suroeste de la isla de Gran Canaria, está siendo limpiada.

No obstante, una parte de ese hidrocarburo podría haber llegado hasta la costa, donde en las playas de Veneguera, Tasarte y Taurito, se han recogido "alrededor de 120 kilos" durante esta jornada, afirma el comunicado de Fomento.

"La llegada de hidrocarburos a las costas hace imprescindible activar todos los medios técnicos y humanos para evitar que los impactos sean más graves", dijo el portavoz de Greenpeace Julio Barea, citado en un comunicado de la organización ecologista.

"Existen varios 'regueros' paralelos que se acercan a la costa, por lo que la situación en el litoral podría empeorar drásticamente", añadió Greenpeace.

Rivero expresó su preocupación por que las corrientes marinas puedan acabar llevando parte del combustible a las costas de las islas de Tenerife y de La Gomera.

El barco "Oleg Naydenov", denunciado varias veces por pesca ilegal, se hundió el 15 de abril sin dejar víctimas.

Cuatro días antes, se había incendiado por motivos desconocidos en el puerto de Las Palmas. Ante la dificultad para apagar las llamas y el temor de propagación, las autoridades decidieron llevarlo a alta mar, donde días después se hundió mientras era remolcado.