Después de 15 años, reintroducen al león en Ruanda
AFP (Agencia France-Presse)
PARQUE DE AKAGERA, Ruanda. - Después de quince años de ausencia y traído desde dos reservas de la provincia sudafricana de Kwazulu-Natal, el león ha sido reintroducido en el parque nacional de Ruanda de Akagera, gran reserva animal al este del país.
Adormecidos aún por los tranquilizantes que les administraron para facilitar su trayecto, dos leones y siete leonas dudaron antes de saltar y adentrarse para camuflarse en los pastos de la reserva.
El depredador fue víctima del exterminio a manos de los refugiados de Uganda y Tanzania que regresaron después del genocidio de 1994, que causó alrededor de 800.000 muertos sobre todo entre la minoría tutsi. Los refugiados ocuparon parte del parque, a falta de otro lugar donde instalarse, y mataron a los leones para proteger su ganado.
"Aún conservo las fotos de los tres últimos leones que fueron envenenados (...) Fue muy triste", recordó Tony Mudakikwa, un veterinario.
Después de unas treinta horas de viaje en avión y en camión, los contenedores con los felinos, fijados a enormes cadenas metálicas, son descargados uno a uno gracias a un brazo articulado.
Estos son colocados cuidadosamente en las esclusas de la cerca de 2500 m2, de donde los animales serán liberados y donde pasarán dos semanas para "aclimatarse a su nuevo ambiente, antes de soltarles en la naturaleza".
"Es el principio de un fantástico capítulo para los leones en Ruanda", se felicitó Jes Gruner, director del parque de Akagera.
"Estamos encantados porque (esta reintroducción) es buena para el turismo y es un paso importante para su conservación", ahondó Yamina Karitanyi, responsable de turismo de la Oficina Ruandesa de Desarrollo (RDB).
Entre la población local, las reacciones son menos entusiastas. Sí, los leones atraerán el turismo, pero los numerosos ganaderos del lugar, aún temen por su ganado.
"Es bueno que haya leones en el parque porque atraerá el turismo y aportará ingresos a Ruanda", dijo Emmanuel Nkwiyenayo, ganadero de 25 años, esperando también que los depredadores no destrocen su ganado. "Las hienas ya mataron a dos de mis vacas", contó.
Para limitar los conflictos entre los depredadores y las poblaciones vecinas, una barrera electrificada de cientos de kilómetros se levantó alrededor del parque. Además, los leones llevan un collar satélite que permite controlar sus desplazamientos en tiempo real.
"Estoy segura de que algunos aún se sienten inquietos", reconoció Sarah Hall, encargada del turismo y de la comunicación en African Parks, una oenegé especializada en la rehabilitación de los parques naturales. Pero "se realizó una enorme sensibilización en el parque", antes de la reintroducción, explicó.
"Les hemos explicado el potencial turístico y los beneficios que puede aportarles", continuó Hall. El 5% de los ingresos de las reservas naturales de Ruanda están reservados a proyectos comunitarios, como la construcción de escuelas u hospitales.
Orgullosos de la vuelta del león al país de las mil colinas, los responsables de Akagera ya tienen otras ambiciones, como trabajar en la reintroducción de rinocerontes en el parque.
"Sin los leones, era como si tuviera una mano con sólo tres dedos", confesó Eugene Mutangana, uno de las trabajadores. "Ahora tengo cuatro y con los rinocerontes, mi mano estará completa".
El depredador fue víctima del exterminio a manos de los refugiados de Uganda y Tanzania que regresaron después del genocidio de 1994, que causó alrededor de 800.000 muertos sobre todo entre la minoría tutsi. Los refugiados ocuparon parte del parque, a falta de otro lugar donde instalarse, y mataron a los leones para proteger su ganado.
"Aún conservo las fotos de los tres últimos leones que fueron envenenados (...) Fue muy triste", recordó Tony Mudakikwa, un veterinario.
Después de unas treinta horas de viaje en avión y en camión, los contenedores con los felinos, fijados a enormes cadenas metálicas, son descargados uno a uno gracias a un brazo articulado.
Estos son colocados cuidadosamente en las esclusas de la cerca de 2500 m2, de donde los animales serán liberados y donde pasarán dos semanas para "aclimatarse a su nuevo ambiente, antes de soltarles en la naturaleza".
"Es el principio de un fantástico capítulo para los leones en Ruanda", se felicitó Jes Gruner, director del parque de Akagera.
- Próxima etapa: el rinoceronte -
"Estamos encantados porque (esta reintroducción) es buena para el turismo y es un paso importante para su conservación", ahondó Yamina Karitanyi, responsable de turismo de la Oficina Ruandesa de Desarrollo (RDB).
Entre la población local, las reacciones son menos entusiastas. Sí, los leones atraerán el turismo, pero los numerosos ganaderos del lugar, aún temen por su ganado.
"Es bueno que haya leones en el parque porque atraerá el turismo y aportará ingresos a Ruanda", dijo Emmanuel Nkwiyenayo, ganadero de 25 años, esperando también que los depredadores no destrocen su ganado. "Las hienas ya mataron a dos de mis vacas", contó.
Para limitar los conflictos entre los depredadores y las poblaciones vecinas, una barrera electrificada de cientos de kilómetros se levantó alrededor del parque. Además, los leones llevan un collar satélite que permite controlar sus desplazamientos en tiempo real.
"Estoy segura de que algunos aún se sienten inquietos", reconoció Sarah Hall, encargada del turismo y de la comunicación en African Parks, una oenegé especializada en la rehabilitación de los parques naturales. Pero "se realizó una enorme sensibilización en el parque", antes de la reintroducción, explicó.
"Les hemos explicado el potencial turístico y los beneficios que puede aportarles", continuó Hall. El 5% de los ingresos de las reservas naturales de Ruanda están reservados a proyectos comunitarios, como la construcción de escuelas u hospitales.
Orgullosos de la vuelta del león al país de las mil colinas, los responsables de Akagera ya tienen otras ambiciones, como trabajar en la reintroducción de rinocerontes en el parque.
"Sin los leones, era como si tuviera una mano con sólo tres dedos", confesó Eugene Mutangana, uno de las trabajadores. "Ahora tengo cuatro y con los rinocerontes, mi mano estará completa".