Deuda de EEUU alienta críticas de China, su principal acreedor
AFP (Agencia France-Presse)
WASHINGTON. - Los últimos problemas de la economía estadounidense desencadenaron una avalancha de críticas por parte de China, pero Washington mantiene la calma, preocupado por no sumar a la volatilidad de los mercados una guerra verbal con su primer acreedor extranjero.
Debates interminables en el Congreso sobre el aumento del techo legal de la deuda, degradación de la nota de Estados Unidos por Standard & Poor's... la prensa china tiene con qué alimentar su prédica estos últimos días.
Washington elude sus responsabilidades y debería sentir "vergüenza" de ser dependiente de su deuda, arguyen los chinos.
Frente a este torrente de críticas, altos funcionarios estadounidenses evitaron responder frontalmente, en momentos en que el pánico se apodera de las plazas financieras del mundo entero.
Más que simples reprimendas, la cólera dirigida contra Estados Unidos podría ser la manifestación de la exasperación de los dirigentes chinos ante el hecho de que, a fuerza de acumular bonos del Tesoro estadounidense, Pekín ha terminado por convertirse en rehén de las querellas políticas en Washington.
Consecuencia: los blogs especializados chinos fueron invadidos por comentarios de inversores preocupados, que exhortaban a Pekín a limitar sus colocaciones en el extranjero.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, gran artesano del programa económico del presidente Barack Obama, se mantiene, sin embargo, impasible: los chinos "siempre fueron (inversores) muy importantes y estoy seguro de que lo serán en el futuro en Estados Unidos, como lo serán otros inversores del mundo entero", aseguró a la cadena CNBC.
Declaraciones públicas por un lado y diplomacia por otro: Geithner se reunió con el viceprimer ministro chino, Wang Qishan, indicó un alto funcionario del departamento del Tesoro.
Con o sin crisis de la deuda, Estados Unidos sigue siendo un país de oportunidades, insistieron estos últimos días altos funcionarios en Washington.
"Resulta impactante constatar que, en un momento en el que los mercados están visiblemente afectados y que todo el mundo intenta salvar sus inversiones, el dinero sigue yendo a los bonos del Tesoro estadounidense", declaró el lunes Jack Lew, director de presupuesto de la Casa Blanca, en la cadena PBS.
Pekín es de lejos el mayor acreedor extranjero de Estados Unidos: en mayo último detentaba cerca de 1,16 billones de dólares en bonos del Tesoro norteamericano. Su suerte está, pues, vinculada a la de Estados Unidos. China difícilmente podrá asumir el riesgo de desembarazarse de esos títulos sin desestabilizar su propia moneda y sus exportaciones a Estados Unidos.
En ese contexto, "el gobierno chino ejercerá su derecho de crítica respecto de Estados Unidos", comenta Elizabeth Economy, experta del centro de reflexión Council on Foreign Relations.
Las autoridades chinas también actúan así "a causa de que los internautas acusan al gobierno chino de arrodillarse frente a Estados Unidos", dice.
Charles Freeman, especialista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, otra fundación de reflexión, descubre una forma de frustración en la reacción china.
"Los chinos están frustrados: pueden dirigirse a Geithner, pueden dirigirse a (el presidente de la Fed, Ben) Bernanke, pero no pueden dirigirle la palabra al Congreso", donde tienen lugar los debates más duros sobre la deuda", dice.
Deuda pública, nota de la deuda, bonos del Tesoro, mercados financieros... estos temas figurarán en lugar destacado en la agenda de la visita que realizará a fines de mes a China el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Washington elude sus responsabilidades y debería sentir "vergüenza" de ser dependiente de su deuda, arguyen los chinos.
Frente a este torrente de críticas, altos funcionarios estadounidenses evitaron responder frontalmente, en momentos en que el pánico se apodera de las plazas financieras del mundo entero.
Más que simples reprimendas, la cólera dirigida contra Estados Unidos podría ser la manifestación de la exasperación de los dirigentes chinos ante el hecho de que, a fuerza de acumular bonos del Tesoro estadounidense, Pekín ha terminado por convertirse en rehén de las querellas políticas en Washington.
Consecuencia: los blogs especializados chinos fueron invadidos por comentarios de inversores preocupados, que exhortaban a Pekín a limitar sus colocaciones en el extranjero.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, gran artesano del programa económico del presidente Barack Obama, se mantiene, sin embargo, impasible: los chinos "siempre fueron (inversores) muy importantes y estoy seguro de que lo serán en el futuro en Estados Unidos, como lo serán otros inversores del mundo entero", aseguró a la cadena CNBC.
Declaraciones públicas por un lado y diplomacia por otro: Geithner se reunió con el viceprimer ministro chino, Wang Qishan, indicó un alto funcionario del departamento del Tesoro.
Con o sin crisis de la deuda, Estados Unidos sigue siendo un país de oportunidades, insistieron estos últimos días altos funcionarios en Washington.
"Resulta impactante constatar que, en un momento en el que los mercados están visiblemente afectados y que todo el mundo intenta salvar sus inversiones, el dinero sigue yendo a los bonos del Tesoro estadounidense", declaró el lunes Jack Lew, director de presupuesto de la Casa Blanca, en la cadena PBS.
Pekín es de lejos el mayor acreedor extranjero de Estados Unidos: en mayo último detentaba cerca de 1,16 billones de dólares en bonos del Tesoro norteamericano. Su suerte está, pues, vinculada a la de Estados Unidos. China difícilmente podrá asumir el riesgo de desembarazarse de esos títulos sin desestabilizar su propia moneda y sus exportaciones a Estados Unidos.
En ese contexto, "el gobierno chino ejercerá su derecho de crítica respecto de Estados Unidos", comenta Elizabeth Economy, experta del centro de reflexión Council on Foreign Relations.
Las autoridades chinas también actúan así "a causa de que los internautas acusan al gobierno chino de arrodillarse frente a Estados Unidos", dice.
Charles Freeman, especialista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, otra fundación de reflexión, descubre una forma de frustración en la reacción china.
"Los chinos están frustrados: pueden dirigirse a Geithner, pueden dirigirse a (el presidente de la Fed, Ben) Bernanke, pero no pueden dirigirle la palabra al Congreso", donde tienen lugar los debates más duros sobre la deuda", dice.
Deuda pública, nota de la deuda, bonos del Tesoro, mercados financieros... estos temas figurarán en lugar destacado en la agenda de la visita que realizará a fines de mes a China el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.