Diez muertos en Afganistán en protestas por la quema de un Corán en EEUU
AFP (Agencia France-Presse)
KANDAHAR, Nasrat Shoaib, (AFP) - Diez personas murieron el sábado en Kandahar (sur) en nuevas protestas por la reciente quema de un Corán en Estados Unidos, al día siguiente de que siete empleados de la ONU murieran en el peor ataque contra la Organización desde la invasión de Afganistán en 2001.
Las protestas del sábado comenzaron en el centro de la ciudad y se extendieron a otros lugares. La policía se enfrentó a los manifestantes, que marchaban hacia las oficinas de la ONU y los edificios de la administración provincial, según testigos.
Según el doctor Daud Farhad, jefe del principal hospital de Kandahar, ex capital del régimen de los talibanes, hubo "diez muertos y 83 heridos".
"Entre los heridos figuran un funcionario de la agencia afgana de inteligencia y un policía. El resto son manifestantes", declaró a la AFP.
Un médico de este hospital, el doctor Abdul Qayum Pujla, indicó previamente que todas las víctimas resultaron heridas por balas o pedradas.
Las autoridades provinciales acusaron a los "enemigos del pueblo y de Afganistán", término habitualmente utilizado para designar a los talibanes, de haberse infiltrado en la manifestación. Añadieron que 17 personas, siete de ellas armadas, fueron arrestadas.
A mediodía, apenas unos 800 manifestantes, algunos armados de palos, ocupaban sentados la principal plaza del centro de Kandahar. Por la mañana, miles de manifestantes divididos en varios grupos marcharon por distintos barrios de la ciudad.
En el centro de la ciudad, los manifestantes desfilaron a gritos de "Muerte a Estados Unidos" y "Muerte a (Hamid) Karzai", el presidente afgano. "Insultaron nuestro Corán", gritó uno de ellos.
Los manifestantes dañaron edificios públicos y privados, e incendiaron vehículos, según la administración.
La policía tuvo que disparar al aire para disuadir a miles de manifestantes de marchar hacia las oficinas de Naciones Unidas y los edificios administrativos, constató un reportero de la AFP.
La víspera de esta protesta, siete empleados extranjeros de la ONU, entre ellos cuatro guardias nepaleses y tres europeos, murieron en una manifestación similar en la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif.
Los talibanes se atribuyeron la responsabilidad del incidente, en el que resultó quemado parte del complejo de la ONU.
El gobernador de la provincia de Balj, Ata Mohammad Noor, dijo que otras cinco personas, presumiblemente manifestantes, murieron, y al menos 20 resultaron heridas.
"Algunos de ellos (los manifestantes) estaban claramente armados, e irrumpieron en el edificio" para quemarlo, dijo a la prensa en Nueva York el jefe de operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, Alain Le Roy.
El ministerio afgano de Interior anunció el sábado que "30 sospechosos vinculados a la violencia en Mazar-i-Sharif" fueron detenidos y serán interrogados.
El ataque del viernes fue el peor sufrido por la ONU en Afganistán desde la invasión del país en 2001.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión especial acerca del incidente, y pidió al gobierno afgano que refuerce la protección de los funcionarios de Naciones Unidas.
Antes del ataque del viernes, Afganistán había condenado la quema "irrespetuosa y aborrecible" del Corán en el Dove World Outreach Center, una iglesia evangélica de Gainesville, Florida, el pasado 20 de marzo.
El pastor de esa iglesia, Terry Jones, dijo a la AFP: "No nos sentimos responsables" del ataque, porque "los elementos radicales del islam están tomando (la quema) como excusa para promover sus actividades violentas".
Según el doctor Daud Farhad, jefe del principal hospital de Kandahar, ex capital del régimen de los talibanes, hubo "diez muertos y 83 heridos".
"Entre los heridos figuran un funcionario de la agencia afgana de inteligencia y un policía. El resto son manifestantes", declaró a la AFP.
Un médico de este hospital, el doctor Abdul Qayum Pujla, indicó previamente que todas las víctimas resultaron heridas por balas o pedradas.
Las autoridades provinciales acusaron a los "enemigos del pueblo y de Afganistán", término habitualmente utilizado para designar a los talibanes, de haberse infiltrado en la manifestación. Añadieron que 17 personas, siete de ellas armadas, fueron arrestadas.
A mediodía, apenas unos 800 manifestantes, algunos armados de palos, ocupaban sentados la principal plaza del centro de Kandahar. Por la mañana, miles de manifestantes divididos en varios grupos marcharon por distintos barrios de la ciudad.
En el centro de la ciudad, los manifestantes desfilaron a gritos de "Muerte a Estados Unidos" y "Muerte a (Hamid) Karzai", el presidente afgano. "Insultaron nuestro Corán", gritó uno de ellos.
Los manifestantes dañaron edificios públicos y privados, e incendiaron vehículos, según la administración.
La policía tuvo que disparar al aire para disuadir a miles de manifestantes de marchar hacia las oficinas de Naciones Unidas y los edificios administrativos, constató un reportero de la AFP.
La víspera de esta protesta, siete empleados extranjeros de la ONU, entre ellos cuatro guardias nepaleses y tres europeos, murieron en una manifestación similar en la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif.
Los talibanes se atribuyeron la responsabilidad del incidente, en el que resultó quemado parte del complejo de la ONU.
El gobernador de la provincia de Balj, Ata Mohammad Noor, dijo que otras cinco personas, presumiblemente manifestantes, murieron, y al menos 20 resultaron heridas.
"Algunos de ellos (los manifestantes) estaban claramente armados, e irrumpieron en el edificio" para quemarlo, dijo a la prensa en Nueva York el jefe de operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, Alain Le Roy.
El ministerio afgano de Interior anunció el sábado que "30 sospechosos vinculados a la violencia en Mazar-i-Sharif" fueron detenidos y serán interrogados.
El ataque del viernes fue el peor sufrido por la ONU en Afganistán desde la invasión del país en 2001.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión especial acerca del incidente, y pidió al gobierno afgano que refuerce la protección de los funcionarios de Naciones Unidas.
Antes del ataque del viernes, Afganistán había condenado la quema "irrespetuosa y aborrecible" del Corán en el Dove World Outreach Center, una iglesia evangélica de Gainesville, Florida, el pasado 20 de marzo.
El pastor de esa iglesia, Terry Jones, dijo a la AFP: "No nos sentimos responsables" del ataque, porque "los elementos radicales del islam están tomando (la quema) como excusa para promover sus actividades violentas".