AFP (Agencia France-Presse)
BAALBEK. - Diez soldados libaneses murieron en enfrentamientos con hombres armados en la región de Arsal, fronteriza con Siria, que comenzaron el sábado tras la detención de un presunto miembro de la rama siria de Al Qaida.
Estos combates, que representan el incidente más grave en territorio libanés desde el inicio de la guerra en Siria en marzo de 2011, continuaban el domingo en el noreste del país.
Según las autoridades, los combates comenzaron el sábado por la tarde tras la detención del sirio Imad Ahmad Joma, quien, según el ejército, reconoció su pertenencia al Frente al Nosra, rama siria de Al Qaida.
"El ejército perdió a 10 mártires, 25 (resultaron) heridos, entre ellos cuatro oficiales, y 13 soldados desaparecieron, probablemente, fueron hechos prisioneros", declaró el general Jean Kahwaji, quien anunció este nuevo balance en rueda de prensa.
Hombres armados abrieron fuego el sábado contra puestos de control de soldados y policías libaneses en Arsal, donde las unidades del ejército "se enfrentaron durante toda la noche" contra estos grupos de hombres armados que también dispararon obuses en la región, indicó el ejército previamente en un comunicado.
Tras este arresto, hombres armados rodearon puestos de control en la región antes de abrir fuego, según fuentes de los servicios de seguridad. En el ataque contra un puesto de policía, murieron también dos civiles.
- El ejército "resuelto y firme" -
El ejército libanés prometió el sábado actuar de manera "resuelta y firme" para impedir que el conflicto en la vecina Siria se traslade a Líbano.
Esta explosión de violencia reaviva las tensiones en la ciudad libanesa de Trípoli (norte), donde se enfrentan regularmente activistas sunitas, que apoyan a la rebelión siria, contra las fuerzas de seguridad libanesas y los habitantes alauitas, que apoyan al presidente sirio, Bashar al Asad.
Según una fuente de los servicios de seguridad, dos soldados resultaron heridos en nuevos enfrentamientos en Trípoli, donde se utilizaron incluso cohetes antitanque y artefactos explosivos artesanales.
El incidente en Arsal suscitó preocupación en Líbano pero también en el extranjero.
Estados Unidos condenó estos ataques e instó a los diferentes actores en Líbano a mantener la neutralidad del país ante los conflictos regionales, según un comunicado del Departamento de Estado.
Asimismo, el embajador estadounidense en Líbano se reunió el domingo con el comandante del ejército libanés para mostrarle su apoyo, según un comunicado de la embajada.
Por su parte, el primer ministro, Tammam Salam, condenó este "ataque flagrante contra el Estado libanés y sus fuerzas armadas" e hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas a "hacer todos los esfuerzos (posibles) para proteger a Líbano".
El ejército desplegó más efectivos en la región, en especial, dos helicópteros.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) explicó a la AFP que seguía "de cerca" la situación en Arsal, aunque aseguró que no tenía informaciones sobre posibles repercusiones de estos combates entre los numerosos refugiados sirios presentes en la región.
La localidad de Arsal es mayoritariamente sunita, como la rebelión siria, y su región acoge decenas de miles de refugiados sirios.
Esta región montañosa, que conoció períodos de gran tensión con las fuerzas de seguridad libanesas, es el objetivo en ocasiones de ataques aéreos de la aviación siria contra refugios de las fuerzas rebeldes.
Asimismo, Arsal es vecina del Qalamun sirio, donde los rebeldes sufrieron varios reveses estos últimos meses en su enfrentamiento contra el ejército sirio, apoyado por combatientes del Hezbolá chiita libanés.