Director de la AEE: La privatización de la EEI no es realista
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
París/Washington. - El director de la Agencia Espacial Europea (AEE, ESA en inglés), Jan Wörner, no considera realista una privatización de la Estación Espacial Internacional (EEI) a partir de 2024, como quiere impulsar el Gobierno estadounidense.
"El funcionamiento de la estación espacial es sencillamente demasiado caro", dijo Wörner a dpa en París.
La financiación de la EEI (ISS en inglés), sostenida por las agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la AEE-ESA-, está garantizada hasta 2024. Estados Unidos asume la mayor parte de los costes, que ascienden a unos 3.000 millones de euros al año (3.700 millones de dólares).
El borrador de presupuesto presentado el lunes por el presidente estadounidense, Donald Trump, propone una retirada de la NASA de la financiación de la ISS e impulsar la privatización del laboratorio espacial. El borrador presupuestario raramente llega a implementarse en su forma original.
El director de la AEE-ESA- destacó que los países que colaboran en la EEI sólo se comprometieron con su financiación hasta 2024. Por tanto, respecto a la discusión en Estados Unidos considera que puede verse el vaso medio lleno o medio vacío. "Podría hacerse la pregunta al revés y decir que Estados Unidos ha pensado ahora en utilizar la EEI más allá de 2024", apuntó.
Los estadounidenses siempre dejaron claro que querían dar un uso más comercial a la EEI, dijo Wörner. "Pero eso estará apoyado con medios públicos también después de 2024, se puede partir de esa base", añadió.
"Nosotros también intentamos eso desde el lado europeo", señaló citando a la plataforma Bartolomeo, diseñada para experimentos comerciales en la parte exterior del laboratorio Colombus que tiene la AEE-ESA en la EEI.
Según "The Washington Post", los módulos estadounidenses de la EEI podrían pasar a manos de empresas privadas cuando concluya el periodo de financiación actual. Pero Wörner ve algunas cuestiones abiertas al respecto, como si una empresa se haría cargo de las obligaciones de Estados Unidos en el acuerdo interestatal sobre la EEI.
"Es difícil", advirtió el director de la agencia espacial europea. "Ya veremos si realmente se transfiere a manos privados en 2024. No lo creo", comentó. En todo caso, Wörner apunta que si eso fuese así "no sería un desastre".
El millonario proyecto de la EEI comenzó en 1998 y desde 2000 el laboratorio espacial orbita a unos 400 kilómetros de la Tierra siempre con tripulación a bordo, normalmente de seis personas que realizan experimentos en ausencia de gravedad.
La propuesta de Trump sobre la EEI tiene como trasfondo que Estados Unidos se plantea objetivos espaciales más lejanos y una nueva estación espacial que orbite la Luna. Pero Wörner cree que sigue siendo necesario tener la posibilidad de realizar experimentos en la órbita cercana a la Tierra. "Después de 2024 seguiremos necesitando probar la ingravidez en orbitas cercanas a la Tierra", apuntó.
En el caso de los experimentos con materiales, es posible hacerlo con sistemas no tripulados, señaló Wörner, pero sigue siendo necesario realizar experimentos para las misiones de los astronautas, por ejemplo para investigaciones médicas.
"Si hoy se empezase de nuevo, posiblemente no se construiría una estación tan grande", apuntó.
Según Wörner, todavía hay que negociar durante cuánto tiempo seguirá utilizándose la EEI. En el caso de la AEE-ESA, la cuestión se abordará seguramente en el Consejo Ministerial del próximo año.
La financiación de la EEI (ISS en inglés), sostenida por las agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la AEE-ESA-, está garantizada hasta 2024. Estados Unidos asume la mayor parte de los costes, que ascienden a unos 3.000 millones de euros al año (3.700 millones de dólares).
El borrador de presupuesto presentado el lunes por el presidente estadounidense, Donald Trump, propone una retirada de la NASA de la financiación de la ISS e impulsar la privatización del laboratorio espacial. El borrador presupuestario raramente llega a implementarse en su forma original.
El director de la AEE-ESA- destacó que los países que colaboran en la EEI sólo se comprometieron con su financiación hasta 2024. Por tanto, respecto a la discusión en Estados Unidos considera que puede verse el vaso medio lleno o medio vacío. "Podría hacerse la pregunta al revés y decir que Estados Unidos ha pensado ahora en utilizar la EEI más allá de 2024", apuntó.
Los estadounidenses siempre dejaron claro que querían dar un uso más comercial a la EEI, dijo Wörner. "Pero eso estará apoyado con medios públicos también después de 2024, se puede partir de esa base", añadió.
"Nosotros también intentamos eso desde el lado europeo", señaló citando a la plataforma Bartolomeo, diseñada para experimentos comerciales en la parte exterior del laboratorio Colombus que tiene la AEE-ESA en la EEI.
Según "The Washington Post", los módulos estadounidenses de la EEI podrían pasar a manos de empresas privadas cuando concluya el periodo de financiación actual. Pero Wörner ve algunas cuestiones abiertas al respecto, como si una empresa se haría cargo de las obligaciones de Estados Unidos en el acuerdo interestatal sobre la EEI.
"Es difícil", advirtió el director de la agencia espacial europea. "Ya veremos si realmente se transfiere a manos privados en 2024. No lo creo", comentó. En todo caso, Wörner apunta que si eso fuese así "no sería un desastre".
El millonario proyecto de la EEI comenzó en 1998 y desde 2000 el laboratorio espacial orbita a unos 400 kilómetros de la Tierra siempre con tripulación a bordo, normalmente de seis personas que realizan experimentos en ausencia de gravedad.
La propuesta de Trump sobre la EEI tiene como trasfondo que Estados Unidos se plantea objetivos espaciales más lejanos y una nueva estación espacial que orbite la Luna. Pero Wörner cree que sigue siendo necesario tener la posibilidad de realizar experimentos en la órbita cercana a la Tierra. "Después de 2024 seguiremos necesitando probar la ingravidez en orbitas cercanas a la Tierra", apuntó.
En el caso de los experimentos con materiales, es posible hacerlo con sistemas no tripulados, señaló Wörner, pero sigue siendo necesario realizar experimentos para las misiones de los astronautas, por ejemplo para investigaciones médicas.
"Si hoy se empezase de nuevo, posiblemente no se construiría una estación tan grande", apuntó.
Según Wörner, todavía hay que negociar durante cuánto tiempo seguirá utilizándose la EEI. En el caso de la AEE-ESA, la cuestión se abordará seguramente en el Consejo Ministerial del próximo año.