Diseñadores italianos imponen la piel de cocodrilo en Milán
La Tercera, Chile
Dolce & Gabbana y Gucci, de Trussardi a Cavalli, de Richmond y a Shiry y Tod's, son algunos de los modistos que incluyeron ese pelaje en sus colecciones masculinas, en los desfiles de hombre para la temporada Otoño-Invierno 2009-2010
La leyenda urbana del cocodrilo de las alcantarillas ha dejado de serlo y el reptil se ha subido a la pasarela más sofisticada de Europa para dejar su rugosa piel.
Desde las firmas Dolce & Gabbana a Gucci, de Trussardi a Cavalli, de Richmond y a Shiry y Tod's parece que el próximo invierno, el más preciado cuero no puede faltar en el armario de los hombres más elegantes y estilosos del hemisferio norte.
La casa Trussardi mostró hace unos días un bolso de cocodrilo, de un ejemplar de 70 años, de un costo de 6.000 euros (casi 5 millones de pesos) y "hecho en Italia", siempre subrayado como prueba de calidad y autenticidad, mientras que Dolce & Gabbana se atrevió con un bolso de viaje de piel del reptil, "una joya", por el precio de 20.000 euros (más de 16 millones de pesos).
Gucci fue más allá y, además de piel de cocodrilo, sus accesorios para hombre requirieron el sacrificio de más de una serpiente pitón para obtener su preciada piel.
PIELES
Las pieles de cocodrilo o de serpiente se tratan y se tiñen de colores diversos desde negro, a gris o café, al gusto del diseñador y de las tonalidades que dictan los estilistas en cada temporada.
Los periodistas de moda aseguran que si la demanda de moda italiana es masiva habrá que cambiar las Convenciones internacionales sobre el comercio de las especies naturales.
En un futuro podrían andar hombres con abrigos de piel de caimán o encueltos en una capa de cocodrilo y bolso a juego.
En Milán han desfilado hombres con babuchas (una especie de alpargatas marroquíes) de inspiración oriental, pero también con zapatos de reptil tropical y enormes bolsos del mismo cuero, una repelente visión para el siglo XXI.
MODA ITALIANA
Una apuesta difícil por cuestión de gusto, de precio y, sobre todo, de conciencia, no sólo por el escándalo de ecologistas y defensores de las especies en vías de extinción, sino por la manifiesta decadencia de la propuesta que, algunos auguran, acompañará a la crisis de la moda italiana.
Además, lo peor está por llegar ya que la moda que se impone a las mujeres en la próxima temporada es el bolso y la bota de taco aguja a juego de piel de cocodrilo, que pueden combinarse "aunque sean de colores diferentes", lo que hace intuir una verdadera masacre de los reptiles tropicales que son capaces de vivir hasta los 80 años.
La solución para los adictos a la moda, golpeados por la crisis o simplemente con escrúpulos, es la consiguiente adaptación económica de prendas y accesorios de la moda italiana con productos sintéticos que se asemejen a la piel de los longevos y arcaicos reptiles.
El problema no es tanto los muchos que sufren la crisis económica o de conciencia, sino la demanda de los que consideran la moda italiana lo máximo, como los occidentales, las exigentes y caprichosas clases ricas de China, la India y los países del Golfo Pérsico.