Donald Trump, un hombre capaz de asustar a ese Diablo emboscado tras las siglas de la CIA y la NSA
La Jornada, México
Ciudad de México. - El ex director de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Michael Hayden, lo ha puesto de la siguiente forma: “El carácter impredecible, inconsistente y volátil de Donald Trump lo hacen muy peligroso”.
El también ex director de la CIA y del Departamento de Defensa, Leon Panetta, ha considerado que “Donald Trump no esta calificado para ser presidente de Estados Unidos”.
Ya sabemos que Hayden y Panetta son viejos lobos disfrazados de Caperucita. Miembros de ese selecto club de la comunidad de inteligencia. Sí, esa entidad que ha demostrado una y otra vez su naturaleza inasible a los controles democráticos y su inmunidad legendaria ante la rendición de cuentas.
Un privilegio que la coloca por encima de la ley y del resto de los ciudadanos.
Una condición que, bajo el caparazón de la seguridad nacional, la han convertido en un poder nebuloso y oscuro detrás del poder presidencial, del poder militar, corporativo, financiero, etc, etc.
Una comunidad ingobernable que, no pocas veces, ha chocado con el Congreso por sus excesos y sus operaciones encubiertas dentro y fuera de Estados Unidos. Como aquella vez que la CIA espió las computadoras del equipo de la senadora demócrata, Diane Feinstein, quien preparaba un devastador informe contra las prácticas de detención y tortura de esa agencia de inteligencia tras los atentados terroristas del 11-S.
Si no fuera por personajes, como Edward Snowden, el ex analista de la CIA que denunció los programas de espionaje masivo que la NSA ha practicado contra sus propios ciudadanos y gobiernos extranjeros (México entre ellos), no habría constancia de estos abusos cometidos en nombre de la libertad y la seguridad nacional de Estados Unidos.
Por cierto, Michael Hyden, es de aquellos que consideran a Snowden como un traidor a la patria y Panetta ha llegado al extremo de acusarlo de “conspirar” con potencias extranjeras.
Independientemente de su opinión sobre Edward Snowden, el hecho de que Hayden y Panetta tengan miedo del carácter “impredecible” o “poco preparado” de Donald Trump, revela hasta qué punto la comunidad de inteligencia ya ha emitido su voto en contra de un personaje de temperamento mercurial que estaría al frente de la cadena de mando de los controles nucleares; que pondría en riesgo las alianzas militares en el seno de la OTAN e inauguraría una era de inestabilidad con sus promesas de bombardear antes de preguntar.
O que sería capaz de atizar una etapa de incertidumbre económica y financiera con sus promesas de deportar a millones de indocumentados y de iniciar guerras comerciales y represalias contra China, Japón o México.
Nunca antes, ese Diablo emboscado detrás de las siglas de la CIA y la NSA había temblado de miedo ante un personaje como Donald Trump. Un elemento más para certificar el carácter inédito de este proceso electoral en EU.
¿Debería hacer suyas las preocupaciones de Hayden y Panetta el liderazgo del partido republicano y realizar algo al respecto?
En el curso de las últimas horas, las versiones de una “comisión exploratoria” que buscaría reemplazar a Donald Trump han circulado por distintos medios, como la cadena de televisión ABC. Según esta versión, esta comisión deberá vislumbrar la posibilidad de que Donald Trump decida tirar la toalla en septiembre próximo, algo que muchos consideran como una posibilidad remota, aunque no imposible.
Al mismo tiempo, el liderazgo del partido republicano ha transmitido a distintos medios su enojo con la campaña de Donald Trump, por ser incapaz de huir de ataques y debates que sólo alejan al electorado —como sus críticas contra un matrimonio de inmigrantes de origen paquistaní que han defendido el honor de su hijo, un soldado caído en acción en Irak que fue condecorado con el corazón púrpura—, en lugar de concentrarse en los temas que pueden establecer una clara diferencia con Hillary Clinton.
Como por ejemplo, la posición de Trump ante los Tratados de Libre Comercio, el caballo de batalla elegido por un empresario que, irónicamente, se ha beneficiado de esos tratados que le han permitido beneficiarse de la mano de obra barata en países como México, China o Eslovenia en la producción de su línea de ropa, accesorios y muebles.
En medio de este ambiente de caos, desconcierto y frustración, la posibilidad de reemplazar a Donald Trump ha comenzado a ganar tracción en el seno del partido republicano.
¿Será capaz de llevar adelante esta misión el liderazgo del Comité Nacional Republicano sin arrojar por la borda la oportunidad de reconquistar la Casa Blanca y, sobre todo, sin desatar una guerra civil con el magnate y sus leales seguidores?
Y una segunda pregunta: ¿La comunidad de inteligencia permanecerá al margen de estos esfuerzos o sucumbirá ante la tentación de meter mano negra?
Se aceptan apuestas.
David Brooks