Dos "intocables" se disputan la presidencia de la India

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Shabbirpur/Nueva Delhi. - A los dalits de Shabbirpur les da exactamente igual que el próximo jefe de Estado indio venga, como ellos, del escalón más bajo del sistema de castas. Antaño conocidos como "intocables", sobreviven como pueden en este pueblo del norte del país donde las tensiones con la casta más alta y mayoritaria, los thakurs, escalaron hace unas semanas: un grupo de thakurs quemaron unas 50 casas de dalits y mataron a un joven.

Ataques como éste contra los dalits no son la excepción en India. Y en este sentido, según los habitantes de Shabbirpur, nada cambiará que el próximo jefe de Estado venga de su casta. El lunes, el Parlamento indio elegirá al nuevo presidente del país, y tanto el gobernante Partido Popular Indio (BJP) como la oposición han presentado a un dalit como candidato.
"Los partidos sólo intentan engatusar a los dalits para recibir nuestros votos en las próximas elecciones", afirma el sexagenario Shivraj en Shabbirpur. "¿Qué capacidad tendrá el nuevo presidente que llegue al poder para detener las atrocidades que se cometen contra los dalits?", pregunta irónicamente. "No es más que un cargo ceremonial, lo que importa es la política del Gobierno", responde.
Al igual que sucede en España con el rey, las funciones del jefe de Estado indio son principalmente representativas, mientras que el poder recae en el primer ministro.
En las últimas décadas, tras alrededor de tres milenios marcada por el sistema de castas hinduista, la jerárquica sociedad india ha experimentado una especie de relajación. La Constitución de 1950 estableció un sistema de discriminación positiva para los grupos más desfavorecidos, pero aunque a los alrededor de 200 millones de dalits ya no se los califica de "intocables", siguen siendo discriminados.
Entre otros, se les niega el acceso a los templos y les está prohibido beber de las fuentes públicas. Aún a día de hoy, la mayoría de dalits siguen sin tener tierras y realizan sobre todo trabajos físicos. Muchos se dedican a la recogida de basuras.
No obstante, también hay dalits que han conseguido medrar, entre ellos los dos candidatos a la presidencia: el gobernador del estado de Bihar, Ram Nath Kovind (del BJP) y la candidata opositora Meira Kumar, ex diplomática y ex presidenta del Parlamento. También el llamado "padre de la Constitución india", Bhimrao Ramji Ambedkar, era dalit.
Chaendra Bhan Prasad es otro dalit que ha logrado hacerse un nombre entre los intelectuales. Periodista y activista, está comprometido con la Cámara de Comercio e Industria dalit y vende alimentos producidos por esta casta a través de Internet. "El sistema de castas ha existido durante miles de años porque las características sociales definían la existencia de las personas", cuenta a dpa. "Hoy, en el capitalismo prevalecen las características materiales". Y así es como ha ido surgiendo una clase media dalit.
Según Prasad, se trata sobre todo de un fenómeno urbano. "Ponga una serpiente peligrosa sobre un suelo resbaladizo y verá cómo pierde su fuerza, porque no conoce el medio. Lo mismo sucede en las ciudades con las castas, que se mezclan".
El sucesor del presidente en funciones Pranab Mukherjee será elegido por los casi 5.000 diputados del Parlamento del país y de los estados. Sea quien sea, India tendrá a su segundo presidente dalit después de K. R. Narayanan, quien ocupó el cargo entre 1997 y 2002.
Para Prasad, la situación es comparable a la de un eventual segundo presidente negro en Estados Unidos tras Barack Obama. Que por primera vez se disputen el puesto dos dalits lo ve más como un cálculo político. Kovind, el candidato del gobernante BJP -nacionalista hindú- procede de una pequeña casta inferior llamada kori. El objetivo, apunta, es aventajar a los chamar, una casta inferior mucho más numerosa que rechaza este sistema y se adhiere al budismo.
Según este intelectual, el partido del Gobierno pretende aunar los votos de los dalits y presentarse como una formación progresista. "El BJP ha optado por dividir la comunidad", sostiene Prasad. "Y la oposición tantea en este caso presentando una candidata chamar".
Para los dalits de Shabbirpur, la vida política de Nueva Delhi y en general lo que pasa en la gran ciudad está muy lejos de su día a día. "Vinieron armados con espadas y varas de hierro, a plena luz, y nos golpearon y quemaron nuestras casas", cuenta Dal Singh sobre el reciente ataque sufrido. Su vivienda es ahora un montón de escombros con muebles desvencijados. "Y los agresores siguen en libertad".
No obstante, también en esta localidad del estado de Uttar Pradesh se está imponiendo una cierta conciencia de grupo entre los dalits. La generación más joven y formada rechaza la discriminación. "Antes no podíamos mirar a los ojos de las castas superiores", cuenta el veinteañero Srikanth, que gestiona un taller de madera en Shabbirpur. "Pero ahora que nos levantamos y nos formamos, les miramos desde la misma altura. No pueden soportar perder su supremacía". Y añade: "Pero tienen que acostumbrarse".


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