La embarcación, con unos 200 inmigrantes a bordo, provenía de Libia y naufragó en aguas maltesas al parecer por una falla y por las malas condiciones del mar.
"Hemos rescatado del mar a 48 personas vivas, mientras localizamos a 15 cadáveres desde los helicópteros", declaró el capitán italiano Vittorio Alessandro, portavoz de los guardacostas italianos, que conduce las operaciones de rescate.
El grupo de inmigrantes africanos que huyen de la guerra civil en Libia navegaba a bordo de la embarcación hacia la pequeña isla de Lampedusa, en el sur de Italia, que en los últimos dos meses ha recibido unos 20.000 tunecinos que escaparon de las revueltas en su propio país.
"Esta tragedia se podía evitar", lamenta el sacerdote eritreo Mussie Zerai, don Mosé, fundador en Roma de la organización humanitaria Habeshia que se ocupa de los refugiados africanos.
El religioso criticó duramente la actitud de Europa, "sorda", dijo, ante el pedido de no bombardear a Libia hasta que no se evacuaran a los miles de somalíes, eritreos y etíopes que se encuentran desde hace años en campos de refugiados de Naciones Unidas instalados en ese país.
Entre las personas rescatadas vivas, se encuentra una mujer encinta, la cual está siendo atendida en el centro médico de Lampedusa.
La balsa, de unos 13 metros, partió hace dos días de la ciudad libia de Zuwarah y se volcó a unos 70 km al sudeste de Lampedusa, debido a las altas olas generadas por una tempestad.
Las operaciones de socorro se dificultaron debido a las condiciones del mar, contó el oficial, quien subrayó que se han empleado dos barcos y un helicóptero y se desvió un barco de pesca que se encontraba en la zona.
La balsa lanzó en la noche a través de un teléfono por satélite un pedido de socorro y la capitanía de Lampedusa dispuso inmediatamente la asistencia, según un comunicado.
Para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que cuenta con un representante en Lampedusa, cerca de 300 personas viajaban en la embarcación.
Las autoridades locales sostienen que al menos 130 personas están desaparecidas y no pierden la esperanza de rescatar vivos más náufragos.
El drama de los refugiados somalíes, eritreos y etíopes ha sido denunciado en varias ocasiones por Don Mosé, quien intenta desde hace meses salvar a sus compatriotas movilizando a las autoridades italianas y organizaciones internacionales.
"Hoy lloramos por más de 400 personas (...) entre ellas mujeres embarazadas", lamentó el religioso que suele mantener el contacto con ellos gracias a un teléfono móvil.
Según un portavoz de los jesuitas en Malta, unos 70 cuerpos fueron recuperados la semana pasada frente a las costas libias y enterrados sin ser identificados.
Hace tres semanas, se denunció el naufragio de un barco con 35 inmigrantes zarpados de Túnez y se desconoce el paradero de los viajeros.
No existen cifras oficiales de las víctimas que han perdido la vida en la travesía.
Según la asociación humanitaria Fortress, unas 3.616 personas han muerto en el mar Mediterráneo entre 2006 y 2008 intentando llegar a las costas europeas.
Desde la caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí a mediados de enero, se ha registrado un verdadero éxodo de inmigrantes tunecinos a Lampedusa, contra los 4.000 que desembarcaron en todo el 2010.
Unos 2.000 refugiados de los conflictos en Somalia y Eritrea han llegado en pateras a Italia, entre ellas una mujer que dio a luz a bordo del barco, mientras otra perdió su bebé.