AFP (Agencia France-Presse)
Medellín, Colombia. - Dulce, ácido, aromático: el café en Colombia ya no es uno solo. La exhuberancia de climas y suelos ha propiciado la producción de distintos tipos del emblemático grano en varios puntos del país, provocando un aumento de las denominaciones de origen regionales.
"Colombia se ha logrado posicionar como un país de cafés finos desde hace más de 50 años. Hoy, los consumidores se han vuelto exigentes así que trabajamos para vender cafés con valor agregado", afirmó a la AFP Carlos González, gerente técnico de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Medellín, segunda ciudad de Colombia, reflejó esa diversidad hasta este domingo en la feria ExpoEspeciales 2014, vitrina de la pujante industria cafetera del país para los compradores de Europa, Norteamérica y Asia.
Más allá de la marca Café de Colombia, en los últimos cinco años ha habido un incremento de las certificaciones del grano por región, respondiendo también a la demanda cada vez más especializada del mercado internacional, explicó González.
Con dos océanos, tres cordilleras y una montaña nevada al pie del mar Caribe, Colombia, un país ecuatorial sin estaciones, cuenta con todos los pisos térmicos, que influyen en el terreno donde se siembra el café. "Las condiciones de clima y suelos son distintas en el norte, este y oeste del país. Eso se nota en la taza", explicó.
Actualmente, bajo el paraguas del sello Café de Colombia existen ya cuatro con denominación de origen regional oficial: el departamento de Nariño, el de Cauca (ambos en el oeste), el de Huila (centro-oeste) y el de Santander (noreste).
El café de Nariño, por ejemplo, se caracteriza por su "alta acidez, cuerpo medio, con notas muy dulces y generalmente muy aromático", mientras que el de la Sierra Nevada de Santa Marta (norte), aún no diferenciado por origen, es "de mucho cuerpo, con acidez media a baja y sin esas notas dulces", dijo González.
Este abanico permite contemplar todos los gustos, agregó: mientras que el café de Nariño es preferido por la cadena estadounidense Starbucks, el del norte del país es el favorito del mercado japonés.
- "Más atractivo" -
El Café de Colombia es uno de los 21 productos nacionales -incluidos los cuatro cafés regionales- con Denominación de Origen, y el más reconocido en el mundo, según voceros de la estatal Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), que avala el esfuerzo local por preservar las cualidades y calidades de lo producido en una determinada zona geográfica.
La certificación "le da un estándar de calidad alto que hace que sea más atractivo para las personas de otros países" y más competitivo internacionalmente, por lo que representa mayores ingresos para los productores, según la SIC.
El FNC define el Café de Colombia como aquel 100% arábico, producido entre la latitud Norte 1° a 11°15, Longitud Oeste 72° a 78° del país, y a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. En esto, se diferencia del hecho en Brasil, el mayor exportador del mundo, gran productor de la variedad robusta.
El café colombiano "es suave, muy aromático y con un perfil de taza muy destacado", mientras que el brasileño es "amargo y plano en la taza", señaló González.
Pero ahora, las denominaciones de origen regionales permiten reflejar muchos más matices del icónico grano colombiano fuera del tradicional Eje Cafetero donde se produce el Café de Colombia.
El último grano especial en recibir esa etiqueta fue el de Santander, donde se cultiva el exclusivo café orgánico Mesa de Los Santos, uno de los más caros del mundo. "De sabor dulce, suave, achocolatado", según sus productores, este café que crece bajo sombra en cuidadas condiciones ambientales se vende a 134 dólares la libra (450 gramos) en el mercado internacional.