EEUU admite que el acuerdo nuclear podría llegar después de la fecha límite
AFP (Agencia France-Presse)
Viena, Austria. - Las negociaciones para concluir un acuerdo histórico sobre el programa nuclear iraní podrían "pasarse" de la fecha límite del 30 de junio, admitió un alto responsable estadounidense el jueves por la noche, antes del inicio de un fin de semana de discusiones cruciales en Viena.
"Quizá no lo logremos para el 30 de junio, pero estaremos cerca", dijo el veterano diplomático a los periodistas, a pocas horas de el comienzo de la que podría ser una de las últimas reuniones entre Irán y las potencias del grupo 5+1 por el dossier nuclear.
El responsable dijo que la fecha final para concluir el acuerdo - ya que las principales líneas quedaron perfiladas en abril en Lausana, Suiza- solo se "pasaría" unos días del plazo límite inicial.
"La intención de todo el mundo aquí - potencias, Unión Europea e Irán - es quedarse aquí hasta que acabemos o descubramos que no podemos. Y nuestra intención es hacerlo", dijo a los reporteros, pidiendo que su nombre permaneciera bajo anonimato.
Tras años de tensión y 20 meses de discusiones descarnadas, estos diálogos podrían culminar en un acuerdo cuyo éxito aún no está garantizado.
Se espera que el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, llegue el sábado en la mañana a Viena, para encontrarse con su homólogo estadounidense, John Kerry, que arribará unas horas antes. Los otros ministros del grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) deberían llegar posteriormente.
Aunque Zarif ya sugirió que la fecha límite podría alargarse unos pocos días, hasta ahora Washington había insistido en la necesidad de llegar a un acuerdo en el plazo fijado.
Su objetivo común es garantizar que en el futuro el programa nuclear de la república islámica tenga un carácter exclusivamente civil, a cambio de que se levanten las duras sanciones internacionales que afectan a la economía iraní desde 2005.
Irán siempre ha negado las acusaciones de que el país busca hacerse con una arma nuclear, pero estas denuncias envenenan desde hace 12 años las relaciones internacionales.
En Medio Oriente, la perspectiva de que se levanten las sanciones genera pánico en Israel, pero también en otros Estados sunitas rivales de la república chiita, principalmente en Arabia Saudita.
Un acuerdo definitivo será un primer paso para una reconciliación entre la república islámica y Estados Unidos, enemistados desde hace 35 años. Esta posibilidad abre vías para que haya cooperación entre ambos países para hacer frente a la crisis en Siria, en Irak y en otros países de la región.
Este acercamiento también tendría un impacto en el mercado mundial de energía, con el retorno a los mercados de los hidrocarburos iraníes.
Sin embargo, a pasos de cruzar la meta ambas partes han advertido que el acuerdo no está asegurado. Mientras que el guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha recordado que su país tiene ciertas líneas rojas límite sobre las que no cederá, Kerry señaló que todavía es posible que haya un fracaso.
"Ya hemos dicho que no permitiremos ninguna inspección de las instalaciones militares de parte de los extranjeros", dijo hace unos días Jamenei durante una ceremonia oficial, en la que también pidió que se levanten de manera inmediata las sanciones económicas contra el país, impuestas por la ONU y por Estados Unidos.
Además el líder expresó su desconfianza hacia la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el órgano de la ONU encargado de verificar que Irán cumpla el acuerdo.
Pero el acuerdo también será complejo desde el punto de vista técnico, ya que los expertos y los diplomáticos, que están en Viena desde principios de mes, trabajan en un documento de unas 40 a 50 páginas, que debe ser negociado punto por punto.
En la práctica, Teherán deberá reducir sus capacidades nucleares y deshacerse de un gran número de centrifugadoras, que son las máquinas que permiten enriquecer el uranio.
La grandes potencias han estimado que esta disminución tomará al menos un año, en lugar del cálculo hecho en 2013 de que serían algunos meses, un tiempo suficiente para que el país pueda producir suficiente material para confeccionar una bomba.
El responsable dijo que la fecha final para concluir el acuerdo - ya que las principales líneas quedaron perfiladas en abril en Lausana, Suiza- solo se "pasaría" unos días del plazo límite inicial.
"La intención de todo el mundo aquí - potencias, Unión Europea e Irán - es quedarse aquí hasta que acabemos o descubramos que no podemos. Y nuestra intención es hacerlo", dijo a los reporteros, pidiendo que su nombre permaneciera bajo anonimato.
Tras años de tensión y 20 meses de discusiones descarnadas, estos diálogos podrían culminar en un acuerdo cuyo éxito aún no está garantizado.
Se espera que el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, llegue el sábado en la mañana a Viena, para encontrarse con su homólogo estadounidense, John Kerry, que arribará unas horas antes. Los otros ministros del grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) deberían llegar posteriormente.
Aunque Zarif ya sugirió que la fecha límite podría alargarse unos pocos días, hasta ahora Washington había insistido en la necesidad de llegar a un acuerdo en el plazo fijado.
Su objetivo común es garantizar que en el futuro el programa nuclear de la república islámica tenga un carácter exclusivamente civil, a cambio de que se levanten las duras sanciones internacionales que afectan a la economía iraní desde 2005.
Irán siempre ha negado las acusaciones de que el país busca hacerse con una arma nuclear, pero estas denuncias envenenan desde hace 12 años las relaciones internacionales.
En Medio Oriente, la perspectiva de que se levanten las sanciones genera pánico en Israel, pero también en otros Estados sunitas rivales de la república chiita, principalmente en Arabia Saudita.
- Acercar a Estados Unidos e Irán -
Un acuerdo definitivo será un primer paso para una reconciliación entre la república islámica y Estados Unidos, enemistados desde hace 35 años. Esta posibilidad abre vías para que haya cooperación entre ambos países para hacer frente a la crisis en Siria, en Irak y en otros países de la región.
Este acercamiento también tendría un impacto en el mercado mundial de energía, con el retorno a los mercados de los hidrocarburos iraníes.
Sin embargo, a pasos de cruzar la meta ambas partes han advertido que el acuerdo no está asegurado. Mientras que el guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha recordado que su país tiene ciertas líneas rojas límite sobre las que no cederá, Kerry señaló que todavía es posible que haya un fracaso.
"Ya hemos dicho que no permitiremos ninguna inspección de las instalaciones militares de parte de los extranjeros", dijo hace unos días Jamenei durante una ceremonia oficial, en la que también pidió que se levanten de manera inmediata las sanciones económicas contra el país, impuestas por la ONU y por Estados Unidos.
Además el líder expresó su desconfianza hacia la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el órgano de la ONU encargado de verificar que Irán cumpla el acuerdo.
Pero el acuerdo también será complejo desde el punto de vista técnico, ya que los expertos y los diplomáticos, que están en Viena desde principios de mes, trabajan en un documento de unas 40 a 50 páginas, que debe ser negociado punto por punto.
En la práctica, Teherán deberá reducir sus capacidades nucleares y deshacerse de un gran número de centrifugadoras, que son las máquinas que permiten enriquecer el uranio.
La grandes potencias han estimado que esta disminución tomará al menos un año, en lugar del cálculo hecho en 2013 de que serían algunos meses, un tiempo suficiente para que el país pueda producir suficiente material para confeccionar una bomba.