AFP (Agencia France-Presse)
Ferguson, Estados Unidos. - Uno o dos tiradores eran activamente buscados el jueves en Ferguson, ciudad del centro de Estados Unidos ante el reinicio de las tensiones raciales después de que dos policías resultaran gravemente heridos de bala durante una protesta.
La policía fue víctima de "una emboscada, uno no podía verlo venir", dijo a la prensa el jefe de la policía del condado de St. Louis (Misuri), Jon Belmar, en relación a los disparos de armas cortas efectuados contra los agentes en la madrugada del jueves.
"Es muy difícil estar prevenido cuando enfrentamos las manifestaciones", añadió.
Los dos policías, de 41 y 31 años, formados en línea junto a otros, fueron gravemente heridos por una "pistola", pero felizmente "no estamos lamentando la muerte de dos oficiales la noche pasada", añadió Belmar.
Uno de los oficiales recibió un tiro en el rostro que salió por detrás de la oreja, y el otro en el hombro y que le salió por la espalda. "No habrá consecuencias graves", agregó el jefe policial.
Hallar al responsable o los responsables por los disparos "es nuestra prioridad número uno", dijo Belmar.
En la mañana de este jueves, un equipo de SWAT fue filmado al realizar un operativo en una casa vecina a un puesto policial y, de acuerdo a vecinos mencionados en la prensa local, dos hombres y una mujer fueron interrogados.
Ferguson, escenario de manifestaciones desde que el 9 de agosto un adolescente negro desarmado, Michael Brown, fue muerto a tiros por un policía blanco, vive desde la noche del miércoles un recrudecimiento de las tensiones con manifestaciones ante puestos policiales.
Inicialmente, los manifestantes esperaban celebrar la renuncia, anunciada poco antes, de un jefe de la policía de Ferguson acusado, en un informe del Departamento de Justicia, de conducir cotidianamente prácticas racistas.
Cuando la manifestación se dispersaba hacia la medianoche local (0500 GMT del jueves) se escucharon "tres o cuatro disparos" a unos 150 metros de distancia de la línea en que estaban estacionados unos 40 agentes de policía, de acuerdo con Belmar.
Los dos policías heridos ya han salido del hospital donde recibieron atención, de acuerdo con la prensa local.
- Violencia "inaceptable" -
Por su parte, los padres de Michael Brown condenaron los disparos contra los agentes de policía y denunciaron la acción de "agitadores aislados que están tratando de pervertir un movimiento pacífico y no violento".
Quien efectuó los disparos "no estaba con nosotros", aseguró uno de los organizadores de la manifestación, DeRay Mckesson, en la red Twitter, para añadir que "hay quien desea dejar nuestro movimiento en el descrédito".
Por su parte, el presidente Barack Obama dijo que "la violencia contra la policía es inaceptable", de acuerdo con un mensaje de la Casa Blanca en la red Twitter.
"El camino de la justicia es uno, y por el debemos marchar todos juntos", añadió.
Por su parte, el secretario de Justicia, Eric Holder, condenó un "ataque odioso", que también calificó como "inexcusable y repugnante".
"Condeno en los términos más fuertes la violencia contra aquéllos que protegen la comunidad", apuntó en un comunicado de prensa, citando también la muerte reciente de agentes de policía en Filadelfia (este) y Louisiana (sur).
Una investigación del Departamento de Justicia sobre el episodio que terminó con la muerte de Brown, absolvió al agente autor de los disparos, Darren Wilson, alegando que había actuado en defensa propia.
Sin embargo, el mismo Departamento publicó en paralelo un informe devastador sobre las prácticas cotidianas de la policía de Ferguson, mostrando categóricamente con números la desigualdad del tratamiento reservado a blancos y negros.
Ferguson es una localidad de mayoría negra pero donde prácticamente todos los policías y dirigentes son blancos.
La publicación de ese informe promovió una serie de renuncias incluida la del jefe de la policía de Ferguson, una medida que militantes por los derechos civiles exigían desde el año pasado.
En un país donde el espectro del racismo sigue vivo, el presidente Barack Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, reconoció que el problema supera los límites de Ferguson.
"No pienso que esto [que sucedió en Ferguson] sea típico de lo que pasa en el país, pero no es un incidente aislado", afirmó la semana pasada.