EEUU, el triunfo de la constancia y el orgullo

AFP, Agence France-Presse

ESTAMBUL, Diego Reinares, (AFP) - El título mundial conquistado el domingo en Estambul por la selección estadounidense de básquetbol es ante todo fruto de la constancia de un grupo de jóvenes en los que muchos no confiaban y que rompieron finalmente una sequía de dieciséis años sin levantar el trofeo.

Iguodala, Rose y Durant durante el partido ante Turquia
Iguodala, Rose y Durant durante el partido ante Turquia
El equipo se ha garantizado además disputar los Juegos Olímpicos de Londres-2012, con el único boleto que se repartía en Turquía-2010, y los equipos de la zona FIBA Américas se quitan un adversario temible en la carrera por las dos plazas del torneo clasificatorio de 2011.
Sin Kobe Bryant, LeBron James, Dwayne Wade, Carmelo Anthony y otras estrellas, la prensa pronto lo rebautizó como el 'equipo B', lo que fue recibido con público malestar en el plantel, que se conjuró para demostrar al mundo su calidad.
Guiados por la efectividad letal de la estrella de los Oklahoma City, Kevin Durant, elegido jugador más valioso (MVP) del Mundial, la constancia y la capacidad de juego como bloque, con un eficaz sistema de rotaciones, fueron las bases de un éxito totalmente merecido.
"Hemos jugado quizás un poco más motivados porque escuchamos al principio muchos comentarios y había gente que no creía en nosotros. Se han equivocado", dijo Durant en su comparecencia ante los periodistas tras la victoria. "¿Equipo B? Aaaaaaah... ¡Lo hicimos!", escribió en su Facebook.
Su técnico, Mike Krzyzewski, admitió en la rueda de prensa posterior al choque que las dudas mostradas acerca de la capacidad del equipo habían supuesto un plus de motivación para sus chicos, heridos en su orgullo.
"Este triunfo significa mucho para mí, sobre todo porque somos un equipo muy joven y esto nos va a reforzar de cara al futuro. Me alegro sobre todo por mis jugadores, que se lo merecían", aseveró el DT norteamericano.
Estados Unidos demostró desde el principio del torneo su hambre de victoria y en los primeros partidos ya avisó de su potencial ante dos de los teóricos grandes rivales en el grupo B, Croacia (106-78) y Eslovenia (99-77), a los que arrolló sin contemplaciones.
En ese punto llegó su partido más complicado, ante el Brasil del argentino Rubén Magnano, que tuvo contra las cuerdas al equipo y perdió en un agónico final, en el que Marcelinho Huertas dispuso de dos tiros libres a falta de tres segundos para forzar la prolongación.
El primero no entró, tiró el segundo a fallar y Leandrinho Barbosa, que terminó consiguiendo el rebote, no pudo encestar y Estados Unidos ganó 70-68, tras sufrir muchísimo, lo que reavivó la incertidumbre sobre su rendimiento.
Sin declaraciones altisonantes y siempre un gran respeto por cada uno de los adversarios, Krzyzewski prefirió responder en la cancha y el equipo recuperó la confianza ante adversarios de segunda fila, Irán (88-51) y Túnez (92-57) en el cierre del grupo, y contra Angola (121-66) en unos cómodos octavos.
Los problemas volvieron en cuartos, cuando Rusia plantó una dura resistencia en la primera mitad, antes de terminar cayendo ante el empuje de Durant y compañía en la segunda (89-79).
El equipo respondió con más solidez en las semifinales y la final, donde superó a lituanos (89-74) y los anfitriones turcos (81-64), para lograr el cuarto título mundial de la historia del país, con un 'equipo B' que consiguió lo que algunos 'A' no pudieron en el pasado.


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