AFP (Agencia France-Presse)
WASHINGTON. - Estados Unidos mantiene congelada una ayuda económica de 1.500 millones de dólares a Egipto, donde el exgeneral Abdel Fatah al Sisi está a punto de prestar juramento como nuevo presidente, ante el temor de que el país vuelva al autoritarismo.
El exjefe del ejército Abdel Fatah al Sisi asume la presidencia el domingo, luego de tres años de crisis política tras la salida de Hosni Mubarak luego de 30 años de poder absoluto.
Pero lejos de dar la bienvenida a un paso hacia la estabilidad con Al Sisi, algunos analistas reclaman a Washington repensar su prolongado programa de ayuda ante las crecientes preocupaciones por abusos de los derechos humanos y la represión a los opositores.
Como una señal de la incomodidad de la Casa Blanca con el nuevo gobierno, ningún miembro de la administración asistirá a la asunción de Al Sisi, y la delegación estadounidense estará encabezada por Thomas Shannon, asesor del secretario de Estado John Kerry y exembajador en Brasil.
Funcionarios estadounidenses anunciaron en abril el envío de 10 helicópteros Apache a El Cairo. Pero las aeronaves permanecen en sus hangares y el pedido para liberar 650 millones de dólares de la ayuda congelada fue puesto en suspenso en el Congreso por el senador demócrata Patrick Leahy, de la comisión de Asignaciones.
Leahy se declaró "extremadamente inquieto" por "el desdén de los derechos humanos" en Egipto, y que no aprobaría la entrega de ayuda "hasta no tener una mejor comprensión de cómo será utilizada".
Pero tampoco hay planes de liberar el resto de los fondos suspendidos, que incluyen equipos militares como misiles Harpoon y piezas de tanques Abram.
Bajo la legislación redactada por Leahy, Kerry debe certificar que Egipto se encamina hacia la democracia antes de que la ayuda sea liberada.
"No existe un plazo para tomar decisiones sobre la ayuda que todavía no hemos certificado para Egipto", señaló la portavoz adjunta del Departamento de Estado Marie Harf, al destacar que la administración de Barack Obama no está "satisfecha" con el ritmo del avance democrático.
- Reorientar la diplomacia -
La experta Michele Dunne destacó que Estados Unidos debe "reorientar su diplomacia para ayudar al pueblo egipcio, limitando al mismo tiempo sus relaciones con Al Sisi y su gobierno a sus intereses básicos de seguridad".
"Enfocarse exclusivamente en cooperar con el estado ya no tiene sentido, cuando la duración de los gobiernos egipcios, al menos los últimos tres, se mide más en meses que en décadas", dijo la experta del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
Además, usar la ayuda para tratar de forzar reformas democráticas podría tener un efecto limitado, ya que la mayoría de los egipcios son críticos ahora con Estados Unidos, como consecuencia de políticas poco claras que oscilaron entre el apoyo a Mubarak, el tibio respaldo a Mursi y la confusión sobre su destitución.
Las iniciativas de Estados Unidos hacia una reconciliación de los nuevos líderes con los Hermanos Musulmanes de Mursi serán vistas como "pedir que se suiciden", dijo Eric Trager en una conferencia del centro de análisis Washington Institute for Near East Policy.
Un alto funcionario egipcio, que solicitó no ser identificado, defendió a su gobierno contra las acusaciones de abusos y las sospechas sobre la votación.
La baja participación "enloquece a los medios occidentales", señaló el funcionario, aludiendo a que sólo 47,45% de los votantes acudieron a las urnas, en la elección que Al Sisi ganó con 96,9% de los votos.
"Si tienen la ilusión de tener la superioridad de enseñarnos en qué dirección debemos ir según sus propios criterios, están totalmente equivocados", dijo a periodistas.
"Haremos lo que consideremos correcto, lo que el pueblo egipcio considere correcto", agregó enojado.