AFP (Agencia France-Presse)
EL CAIRO. - Los egipcios votaron el martes, primera jornada del referéndum sobre una nueva Constitución, convertido en plebiscito sobre Abdel Fatah al Sisi, comandante en jefe del ejército y hombre fuerte del país.
La votación, que proseguirá el miércoles, estuvo empañada por un atentado sin víctimas en El Cairo y la muerte de ocho personas en choques entre partidarios y adversarios de Mohamed Mursi, el presidente islamista derrocado en julio pasado por las fuerzas armadas.
En El Cairo, la gente se concentró desde la madrugada delante de las oficinas electorales instaladas en escuelas, con las calles vigiladas por la policía y soldados fuertemente armados. En la mayoría de los casos, los votantes manifestaban su preferencia por el "Sí".
Frente a una oficina electoral, Ahmed Othman, de 75 años, dijo a la AFP: "Estamos hartos de estos tres años de violencia, sangre e inestabilidad. Espero que esta Constitución termine con esta pesadilla".
Tres días antes de la votación, Al Sisi, vice primer ministro, ministro de Defensa y comandante en jefe del ejército, dijo que se presentará a las elecciones presidenciales previstas este año si "el pueblo lo reclama" y si las fuerzas armadas apoyan su candidatura.
En su discurso del sábado, Al Sisi vinculó su llamamiento a votar masivamente a favor del "Sí" con su futuro político, asegurando que sería candidato sólo si el pueblo "lo pide".
Pocas horas antes de que abrieran los colegios electorales, una bomba artesanal estalló cerca de un tribunal de El Cairo sin provocar muertos ni heridos, aunque las ventanas y la fachada del edificio, en el barrio de Imbaba, quedaron muy dañadas. Tras la explosión, cientos de personas se congregaron ante el tribunal con carteles con la foto de Al Sisi.
Por otra parte, ocho personas murieron en otras partes del país, en enfrentamientos entre partidarios y adversarios de Mursi.
El pasado 3 de julio el ejército derrocó a Mursi, el primer presidente democráticamente elegido de la historia del país. Los partidarios del derrocado mandatario siguen manifestándose a diario en pequeños grupos, pese a la muerte de un millar de manifestantes en los últimos seis meses.
Desde el derrocamiento de Mursi también se han producido muchos ataques, sobre todo con coches bombas, contra miembros de las fuerzas de seguridad, reivindicados por grupos yihadistas vinculados a Al Qaida.
Los militares instauraron un gobierno interino para que lleve a cabo una "transición democrática", cuya primera etapa es el referéndum sobre una nueva Constitución.
Desde la caída de Mursi, más de mil personas han muerto por la represión implacable del ejército contra sus partidarios, en particular el movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes, cuyos dirigentes han sido casi todos detenidos.
Al igual que Mursi, están siendo juzgados por incitación al asesinato de manifestantes cuando estaban en el poder y podrían ser condenados a la pena de muerte.
A pesar de la represión, los Hermanos Musulmanes, declarados "organización terrorista" por el gobierno, llamaron a boicotear el referéndum.
El proyecto de Constitución no incluye las referencias religiosas añadidas durante la presidencia de Mursi pero incrementa los ya amplios poderes del ejército.
Al Sisi parece haber confirmado en su discurso del sábado lo que analistas y altos responsables ya presagiaban: el referéndum se presenta como un plebiscito sobre su persona, porque el nuevo proyecto de Constitución no presenta grandes cambios con respecto a la anterior ley fundamental.
Lo esencial del poder sigue estando en manos del presidente y el ejército continúa siendo el pilar del sistema.
Desde la caída del también jefe militar Hosni Mubarak tras una revuelta popular a principios de 2011 después de 30 años de poder casi absoluto, los egipcios han acudido en tres ocasiones a las urnas para pronunciarse sobre textos o enmiendas constitucionales.