"Niego completamente esas acusaciones", declaró Mubarak, que comparece ante el tribunal acostado en una camilla, antes de que sus hijos tomaran la palabra para rechazar igualmente los cargos que se les imputan.
Previamente, la fiscalía había acusado a Mubarak de haberse puesto de acuerdo con el ex ministro del Interior, Habib el Adli, también sentado en el banquillo de los acusados, para matar "premeditadamente" a los manifestantes que en enero y febrero protestaron contra el régimen en El Cairo y en varias provincias egipcias.
Por otra parte, el fiscal había acusado de corrupción a Alaa y Gamal Mubarak.
En el momento de tomar la palabra para negar las acusaciones, los hijos de Mubarak tenían un libro en la mano, probablemente un ejemplar de El Corán.