Un obus de mortero, que cayó delante de un comercio del sur de la ciudad, situado cerca del cuartel general de los servicios de seguridad, mató a siete civiles y dejó 25 heridos, incluyendo varios niños.

Dos cohetes impactaron luego en un puesto militar con un balance de un soldado muerto y tres más heridos, indicaron las fuentes.

Desde la destitución y encarcelamiento por el ejército del presidente islamista Mohamed Mursi el 3 de julio de 2013, se producen casi a diario ataques contra las fuerzas del orden en la península desértica del noreste egipcio, que han dejado medio millar de muertos, según el Gobierno, en su práctica totalidad policías y soldados.

La mayoría de los ataque son reivindicados por grupos yihadistas que afirman vengarse de la implacable y sangrienta represión de las autoridades instaladas por el ejército tras la destitución de Mursi. En un año, han muerto más de mil manifestantes proMursi, 15.000 han sido detenidos y se han pronunciado cientos de condenas al término de procesos masivos expeditivos denunciados por la comunidad internacional y organizaciones no gubernamentales.