AFP (Agencia France-Presse)
EL CAIRO. - Egipto, mediador tradicional entre Israel y los palestinos, parece esta vez menos activo ante los ataques aéreos contra el movimiento Hamas, cercano a los Hermanos Musulmanes, el principal enemigo del nuevo presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi.
En 2012, en plena operación israelí en la que murieron más de 170 palestinos, el entonces presidente Mohamed Mursi había enviado a su primer ministro a la franja de Gaza como un signo de apoyo, y este consiguió que se llegara a un acuerdo.
Pero tras ser derrocado por el exjefe del ejército Abdel Fatah al Sisi, tanto Hamas como los Hermanos Musulmanes han sido ilegalizados en Egipto y el propio Mursi está siendo juzgado por colaborar con el movimiento islamista en Gaza.
Por esta razón, frente a la escalada de violencia actual que ya ha dejado 70 muertos en tres días, El Cairo ya no se ha ofrecido a hacer papel de mediador para darle a Hamas una salida airosa del conflicto.
"Por el momento no parece que los egipcios tengan interés en hacer el papel de mediadores", dice Michael Hanna, experto en Egipto del grupo de reflexión The Century Foundation, con sede en Nueva York. Además la opinión pública egipcia es menos partidaria a apoyar a Hamas.
Lo único que el gobierno egipcio ha hecho es llamar a las dos partes para pedirles que paren los enfrentamientos.
Teniendo en cuenta "la tradicional antipatía que le procesan los altos responsables militares egipcios a Hamas, no tienen ningún problema en que el movimiento reciba un escarmiento", añade Hanna.
Desde que comenzó el lunes la operación "Barrera protectora", el ejército israelí asegura que ha destruido 750 objetivos de Hamas. En los ataques en respuesta a los cohetes lanzados desde la franja de Gaza también han muerto más de 70 palestinos, entre ellos un gran porcentaje de civiles.
- Aislar a Gaza -
Según un responsable de Hamas, que ha preferido guardar el anonimato, el movimiento espera obligar a Israel a renegociar la aplicación del alto el fuego de 2012, después de haber hecho una prueba de fuerza al lanzar cohetes a una distancia récord de 160 km que han alcanzado Jerusalén, Tel Aviv o Haifa.
Lo que pide Hamas principalmente es una reducción del bloqueo contra la franja de Gaza, en vigor desde 2006, y la liberación de los detenidos por Israel tras el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en junio.
Este incidente y el posterior secuestro y asesinato de un joven palestino que fue quemado vivo por extremistas israelíes han provocado la última oleada de violencia.
Pero Israel se niega a negociar y exige que se detenga el lanzamiento de cohetes, según una fuente palestina citando a egipcios.
Egipto, que fue el primer país árabe que firmó un tratado de paz con Israel en 1979, parece que esta vez no tiene la intención de suavizar la postura israelí.
Egipto "no quiere que Hamas se libere de la presión bajo la cual ha estado desde hace varios meses", explicó Isandr el Amrani, director para el norte de África del Grupo Internacional de Crisis (ICG).
Por otro lado, para Hamas el conflicto no es necesariamente algo negativo: "según su experiencia, creen que no es completamente insensato. Cada enfrentamiento reabre el debate sobre la flexibilización o la aplicación del ato el fuego de 2012" explicó Nathan Thrall, otro analista de ICG, con sede en Jerusalén.
En otros momentos, los palestinos también han utilizado esta técnica para pedir la apertura de la frontera con Egipto de Rafah, el único acceso del territorio palestino que no está controlado por Israel.