AFP (Agencia France-Presse)
DAMASCO. - El ejército sirio reconquistó todas las posiciones recientemente tomadas por los rebeldes en la provincia de Latakia, feudo del clan del presidente Bashar al Asad en el noroeste del país, informaron fuentes militares.

Entre tanto los inspectores de la ONU comenzaron su investigación sobre el eventual uso de armas químicas.
"El ejército recuperó el control de la montaña de Nabi Ashia y de las regiones aledañas en el norte de la provincia de Latakia", indicó la fuente a la agencia oficial Sana.
Esta victoria se produce tras la ofensiva que la víspera permitió expulsar a los rebeldes de varios pueblos que habían caído en sus manos a inicios de agosto, cuando los insurgentes lanzaron la "batalla de la liberación de la costa", principalmente en la región de Latakia, feudo de la comunidad alauita a la que pertenece Bashar al Asad.
Desde entonces, los rebeldes tomaron una decena de pueblos alauitas, situados cerca de Qordaha, la ciudad natal del difunto ex presidente Hafez al Asad, padre del actual dirigente.
"El ejército avanzó" frente a los rebeldes, indicó por su lado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), aunque no pudo precisar si los soldados recuperaron los pueblos hasta hace poco controlados por los insurgentes.
Una fuente de seguridad siria indicó a la AFP que solo les faltaba por recuperar en la provincia de Latakia la localidad estratégica de Salma, fronteriza con Turquía y bajo control rebelde desde finales de 2012.
La localidad de Salma, antaño lugar de veraneo, se convirtió en objeto de intensos bombardeos diarios del ejército sirio desde que fue tomada por los rebeldes.
Según el OSDH los insurgentes derribaron el domingo un avión militar en esa región.
Desde hace varios meses las líneas del frente en Siria se han estabilizado, aun cuando sus protagonistas intentan avanzar aquí o allá. El régimen controla el centro, cuya capital es Damasco, y el oeste, con las ciudades costeras de Latakia y Tartus.
Las aglomeraciones importantes, con excepción de Raqa (noreste) están en manos del régimen, mientras que Alepo (norte) y Deir Ezzor (este) están cortadas en dos.
Rebeldes y fuerzas del régimen se disputan el sur. El norte y el este están en manos de los insurgentes, así como de los yihadistas y combatientes kurdos.
Estos dos últimos lanzaron recientemente violentos ataques que obligaron desde el jueves a unos 15.000 sirios, en su mayoría kurdos, a huir hacia Irak.
Si la rebelión controla una superficie más grande que el régimen, este último domina las regiones más pobladas.
Los expertos de la ONU, que llegaron el domingo a Damasco para intentar determinar si se han utilizado armas químicas en el conflicto, comenzaron el lunes su trabajo en el mayor secreto.
Los expertos deben en principio visitar Jan al Asal, cerca de Alepo (norte) donde el régimen afirma que los rebeldes utilizaron armas químicas el 19 de marzo, matando al menos a 26 personas.
Según la oposición, ese ataque fue montado por el régimen del presidente Asad.
Los otros dos sitios previstos para ser investigados serían Ataybah, cerca de Damasco, donde un ataque fue señalado en marzo, y Homs (centro) por un ataque sospechoso el 23 de diciembre.