AFP (Agencia France-Presse)
DAMASCO. - El ejército sirio, con el apoyo de combatientes chiitas extranjeros, arrebató este jueves a los insurgentes el control de una ciudad estratégica situada cerca de Damasco, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y la televisión pública.
El ejército tomó el control de la ciudad de Sbeineh, al sur de la capital, después de un año de asedio, informaron las fuentes.
Según la organización opositora, las divisiones rebeldes contribuyeron a ese nuevo avance del régimen, en momentos en que los esfuerzos diplomáticos para organizar pronto una conferencia internacional de paz sobre Siria están en punto muerto.
El OSDH, que cuenta con una amplia red de informadores, dio cuenta de "muchas bajas en los dos bandos", en unos combates que duraron varios días.
"Sbeineh era uno de los principales bastiones rebeldes (en las afueras de Damasco). Prácticamente todas las líneas de suministro de los rebeldes posicionados en el sur de Damasco han sido cortadas", recalcó el jefe del OSDH, Rami Abdel Rahman.
El ejército contó con la ayuda del movimiento chiita libanés Hezbolá y de combatientes sirios y extranjeros, añade la ONG que cuenta con una red de activistas y de médicos en el terreno.
Del lado del régimen, un alto responsable del aparato de seguridad dijo que la toma de Sbeineh era "muy importante".
"Sbeineh es el vínculo entre la Ghuta oriental y la Ghuta occidental", la región que rodea Damasco.
"Al echar de ahí a los hombres armados, (el ejército) recupera la casi totalidad de la Ghuta occidental y estrecha el cerco sobre los hombres armados que hay en el lado oriental", explicó a la AFP este alto funcionario.
Rebeldes divididos
Esta nueva victoria para el régimen se suma a la toma en las últimas semanas de las ciudades vecinas de Huseiniyeh, Ziabiyeh y Bueida.
Según un militante antirrégimen, el ejército "está indudablemente avanzando sobre el terreno, después de que la región estuviera asediada demasiado tiempo".
Abdel Rahman apuntó por su lado a "las divisiones en el seno de los rebeldes".
El conflicto en Siria, iniciado en marzo de 2011 en forma de protesta popular rápidamente reprimida, se ha convertido en una guerra abierta entre soldados y desertores apoyados por civiles armados y grupos yihadistas llegados del extranjero.
Aunque las tropas del régimen sumaron varios éxitos últimamente, ninguna de las partes ha logrado una victoria decisiva en el terreno, después de dos años y medio de un conflicto que ha dejado más de 120.000 muertos, según el OSDH, y millones de refugiados y desplazados, según la ONU.
Avanza inspección de armas químicas
Por otro lado, el desmantelamiento del arsenal químico sirio sigue avanzando. La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), encargada de la supervisión de ese proceso, anunció este jueves que los expertos inspeccionaron 22 de las 23 instalaciones declaradas por Siria.
Los inspectores de la OPAQ y la ONU tienen hasta mitad de 2014 para destruir todo el arsenal químico sirio y las capacidades de producción del gobierno de Damasco, en virtud de un acuerdo diplomático entre Estados Unidos y Rusia que se concretó en una resolución de Naciones Unidas.
La OPAQ, que recibió el premio Nobel de la Paz 2013, declaró hace una semana que precintó todas las armas químicas declaradas por Siria, y que los centros de producción quedaron inutilizados.
Según un portavoz de la cancillería belga, Estados Unidos lanzó una ronda informal de contactos con varios países aliados para que participen en la destrucción del arsenal químico sirio.
Concretamente, dijo el portavoz a la AFP, Washington contactó con "Bélgica, Noruega, Francia y Albania para informarse sobre las capacidades de estos países para tratar con armas químicas".
Por otro lado, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, pidió durante una visita a Jordania a la comunidad internacional que ayude a este país a hacer frente al flujo de migrantes sirios.
Jordania alberga a cerca de medio millón de refugiados sirios, el 8% de la población del reino hachemita.