Ejército turco lanza ofensiva terrestre contra enclave kurdo en Siria

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Estambul. – Tras días de bombardeos aéreos, el Ejército turco lanzó hoy una ofensiva terrestre en el noroeste de Siria y llegó al enclave kurdo de Afrin, desatando la condena del Gobierno de Damasco y el temor de la comunidad internacional a una nueva escalada del conflicto.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que había anunciado previamente la ofensiva contra las tropas kurdas en Siria, aseguró hoy que la intervención será rápida.
La "Operación Rama de Olivo" va dirigida contra las milicias kurdas Unidades de Protección Popular (YPG), milicias aliadas de Washington que Turquía considera "terroristas" por estar vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) turco, prohibido en su territorio. Ankara teme que los kurdos ganen influencia en territorio sirio junto a su frontera.
Según informó esta mañana el primer ministro turco, Binali Yildirim, las fuerzas terrestres turcas cruzaron la frontera por el paso de Kilis y avanzaron hacia Afrin. Los vehículos acorazados y las tropas turcas iban acompañadas por combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS), un grupo de la oposición siria aliado de Ankara, según la agencia Anadolu.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó después de la toma por el Ejército turco de la localidad de Shengal, en manos de los kurdos y situada a sólo 35 kilómetros al norte de Afrin. Todo ello en medio de fuertes combates entre las tropas turcas y unidades de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una alianza liderada por los kurdos.
Según Erdogan, el objetivo es "devolver Afrin a sus dueños originales", en referencia a los árabes, que constituyen el 55 por ciento de la población de la región noroccidental siria. Erdogan aseguró que acabará con el PKK y las milicias YPG.
Turquía aseguró que informó de la intervención militar a todos los implicados, incluido el Gobierno sirio y los países vecinos, informó TRT a fuentes del Ministerio de Exteriores.
Sin embargo, el presidente sirio, Bashar al Assad, denunció hoy la operación como una "agresión siniestra", le citó la agencia de noticias estatal Sana. La ofensiva es parte de la política "seguida por el régimen turco desde el inicio de la crisis siria, basada en apoyar el terrorismo y organizaciones terroristas", dijo en Damasco.
Además de la ofensiva terrestre, aviones de combate bombardearon posiciones de las YPG, según coincidieron en informar varias fuentes. Turquía lleva ocho días lanzando ataques de artillería a través de la frontera que el sábado dejaron seis civiles muertos, según los activistas.
En el lado turco de la frontera, una persona murió y 32 resultaron heridas al impactar tres misiles en la ciudad de Reyhanli, informó la agencia de noticias Dogan.
Ankara afirma que la intención de su operación es establecer una "zona segura" en el norte de Siria que incluya un campamento para acoger un posible éxodo de refugiados, añadió hoy el primer ministro citado por la emisora estatal TRT.
"Estableceremos una zona segura de 30 kilómetros", señaló Yildirim. La Media Luna turca trabaja para levantar un campamento que pueda acoger inicialmente a 50.000 personas en la ciudad fronteriza siria de Azaz.
El Observatorio Sirio, una organización asentada en Londres que basa sus informaciones en una red de activistas sobre el terreno, señaló que Turquía abrió varios pasos fronterizos para incentivar la salida de la población de Afrin.
La actuación turca es arriesgada porque en Afrin hay soldados rusos estacionados. Rusia es un importante aliado del presidente sirio, Bashar al Assad, mientras Turquía respalda a los rebeldes. Sin embargo ambos son patrocinadores, junto a Irán, de las conversaciones de paz de Astaná y de la otra ronda de negociaciones prevista en Sochi, Rusia.
También lo es porque supone atacar a las milicias apoyadas por Washington que han sido claves en la lucha contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Pero Ankara se decidió tras mostrarse muy crítica la última semana por las informaciones de que Washington pretendía instalar una fuerza de seguridad de 30.000 efectivos en la zona fronteriza con apoyo de las milicias kurdas, algo que negaron después el secretario de Estado, Rex Tillerson, y la coalición internacional contra el EI.
La operación turca, que supone la segunda incursión turca en territorio sirio tras "Escudo del Éufrates" lanzada en 2016, desató fuertes protestas internacionales.
Francia pidió una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, llamó a su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu, para exigir un alto el fuego inmediato y acceso incondicional de la ayuda humanitaria, informó en Twitter.
El Ministerio de Exterirores ruso hizo un llamamiento a la contención, aunque se limitó a alertar que se está observando la situación al detalle. También Berlín alertó de los riesgos de una escalada de la violencia.
Irán pidió por su parte el cese inmediato del ataque turco contra las tropas kurdas y el respeto a la soberanía siria. "Irán está muy preocupado (...) por las repercusiones devastadoras de esta operación en Afrin y pide su cese inmediato", dijo hoy el portavoz de Exteriores, Bahram Ghassemi, alertando de que el conflicto pueda reforzar a la milicia Estado Islámico.
Mientras, decenas de kurdos salieron a las calles del Kurdistán iraquí para protestar por la operación con pancartas en las que se leía "No a la agresión turca" o "Paren los ataques turcos contra inocentes", señalaron testigos. El ministro de Exteriores turco se encuentra en estos momentos de visita en la capital iraquí, Bagdad.
Los próximos jueves y viernes está prevista una nueva ronda de conversaciones de paz para Siria mediadas por la ONU que esta vez tendrá lugar en la ciudad de Viena.


Nuevo comentario: