El Centro Lorca se vuelve a enredar
Público, Madrid, España.
GRANADA. - El futuro del centro García Lorca de Granada se mantiene entre paréntesis. La conformación del nuevo Ministerio de Cultura junto con Educación y Deporte ha venido a demorar más la terminación de las obras cuando el proyecto empezaba a ver el final del túnel.
Federico García Lorca
El deseo de la familia siempre ha sido que los fondos estuvieran en Granada. En 1986 los ofreció a la ciudad. "Entonces no pudo ser", recuerda ahora Laura García Lorca. Mucho tiempo después, tras años de conversaciones para conciliar los intereses de las administraciones, se gestó el proyecto para construir el centro. Fue en 2004, tras un acuerdo entre el Ministerio de Cultura, la Junta, la Diputación, el Ayuntamiento de Granada y la Fundación Lorca. El acuerdo se firmó en un lugar tan significativo como la Huerta de San Vicente, la residencia de verano en la que el poeta escribió gran parte de su obra.
Tras la firma empezaron los obstáculos. La expropiación de una churrería contigua a la parcela en la que se levanta el edificio (en la céntrica plaza de la Romanilla) acumuló múltiples contratiempos y retrasos. Fue sólo el comienzo: problemas con las excavaciones arqueológicas, falta de acuerdo de las instituciones y enfrentamientos entre sus representantes, trabas burocráticas, sobrecoste de la obra y dificultades de financiación.
La construcción del edificio, que ya había empezado con retraso, fue acumulando demoras. La consecuencia primera fue la pérdida de parte de la subvención de 14 millones de euros europeos, que no se pudieron consumir en el periodo establecido. La segunda fue que se disparó el presupuesto: de 18 millones a 22,5.
La apertura del centro, prevista en principio para finales de 2009, se aplazó a junio de 2010. Tampoco pudo ser. Las obras se paralizaron poco antes y siguen así desde entonces. La programación, que se había cerrado tras un año y medio de trabajo, tuvo que cancelarse después de cambiar la fecha de inauguración tres veces. "No debimos llegar nunca a esa situación, porque la obra en sí no ha tenido pegas, salvo en el arranque", afirma Laura García Lorca. "Fue doloroso tener que suspender la programación".
Hoy no es tiempo de lamentos, sino de agilizar los trámites para reanudar las obras y concluirlas, señala la sobrina del poeta. El edificio está casi terminado, a falta de los retoques interiores. "A las obras le quedan dos o tres meses", apunta el director de la Oficina Técnica del Centro García Lorca, Juan Tomás Martín.
Ahora, cuando por fin el proyecto empezaba a ver luz al final del túnel, han sobrevenido nuevas dificultades. Este mes de enero iba a formalizarse el crédito de 4,5 millones que las administraciones que integran el Consorcio del Centro García Lorca acordaron solicitar el pasado julio para pagarle a la empresa constructora y reanudar las obras. Pero la conformación del Ministerio de Cultura ha dejado la fecha en el aire. Se trata de un préstamo hipotecario que solicitará el consorcio con el compromiso del Estado, la Junta y el Ayuntamiento de aportar cada una el 30%, más el 10% de la Diputación. La petición del préstamo va con mucho retraso, achacable a la lentitud con la que el Ayuntamiento ha llevado los trámites para ceder al consorcio la titularidad del suelo.
Reunión Gobierno-Junta
Cuestión distinta es el equipamiento del edificio, con un coste de poco más de un millón de euros, y la programación de actividades. En ambos casos, la financiación está resuelta con cargo al Espacio Económico Europeo, un programa que ya incluye la concesión de 4,8 millones para el Centro Lorca. "Hablamos de un proyecto estatal, que debe ser un referente de la cultura española e internacional", señala Juan Tomás Martín.El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, también confía en que finalmente sea un proyecto de relumbrón. Plata tiene el propósito de solicitar una reunión con el nuevo ministro para impulsar el Centro Lorca. "A ver si de una vez se consigue terminarlo, y en el menor tiempo posible", apremió hace unos días.
AMINA NASSER