El Papa arremete en España contra el aborto y defiende el matrimonio tradicional
AFP (Agence France-Presse)
BARCELONA, Françoise Kadri, (AFP) - Benedicto XVI arremetió este domingo en España contra el aborto y defendió a la familia tradicional, oponiéndose a dos leyes estrella del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, mientras militantes homosexuales protestaban besándose a su paso en Barcelona.

La iglesia de la sagrada família, en Barcelona
Además, defendió a la familia como unión de un hombre y una mujer, en un país en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo se aprobó hace cinco años y después de que unos 200 simpatizantes del movimiento homosexual protagonizaran un beso colectivo de protesta en la calle al paso del coche del Papa.
"El amor indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural", recordó.
El jefe de la iglesia Católica llamó también a los Estados a dar "atención, protección y ayuda" a la familia tradicional y la vida humana.
A los gobiernos les pidió "adecuadas medidas económicas y sociales" para que "el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado".
Y reclamó ayudas estatales "para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción" y que "la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente".
Además pidió medidas de esa índole "para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización".
El Papa, que se opone totalmente al aborto y a cualquier forma de eutanasia, pronunció estas palabras cuatro meses después de que entrara en vigor, en julio, la nueva legislación española sobre el aborto, que el Vaticano calificó de "insensata".
La nueva ley, que amplía la anterior, permite el aborto libre dentro de un plazo de 14 semanas, de manera excepcional hasta las 22 semanas de embarazo en caso de "riesgo para la vida y la salud" de la madre o en caso de "graves malformaciones del feto" y sin límite de tiempo en caso de "enfermedad extremadamente grave e incurable del feto", tras el examen y decisión de un comité médico.
Ambas leyes generaron la oposición del Vaticano, de la jerarquía de la Iglesia española y del conservador Partido Popular (PP, en la oposición), que las recurrió ante el Tribunal Constitucional.
Y el líder del PP, Mariano Rajoy, dijo recientemente que si llega al gobierno reformaría ambas legislaciones.
El Papa, que el sábado denunció además el regreso a España de un movimiento anticlerical "agresivo", pronunció esas palabras en una misa en la que consagró la Sagrada Familia, obra cumbre del arquitecto modernista catalán Antoni Gaudí, aún en construcción.
Con una oración y rociando el interior con agua bendita, Benedicto XVI dedicó a Dios el templo, que desde ahora es basílica y en ella podrán celebrarse misas.
La Sagrada Familia, original iglesia modernista cuya construcción se financia exclusivamente con donativos, empezó a ser edificada hace 128 años y su conclusión se prevé en 2026.
La visita del Papa provocó estos días las protestas de movimientos contrarios a las posiciones del Vaticano. Además del beso colectivo de este domingo, movimientos anarquistas, feministas y antisistema se manifestaron en Barcelona y asociaciones de laicos, ateos u homosexuales apoyaron la campaña "Yo no te espero", con pancartas y distintivos en toda la ciudad.
Por la tarde, Benedicto XVI inauguró un centro benéfico para niños discapacitados donde pidió el "respeto a la vida" a pesar de los "nuevos desarrollos tecnológicos", y a continuación, al despedirse en el aeropuerto, llamó a que la fe "alcance nuevo vigor" en Europa.
El Papa concluyó así un viaje de dos días a España que inició el sábado en Santiago de Compostela, meta del Camino de Santiago, coincidiendo con el Año Santo Compostelano.