El Sundance español apuesta por el cine político
Público, Madrid, España
GIJÓN. - El Festival de Cine de Gijón inauguró ayer una 49 edición que viene marcada por un cine de alto contenido político. La encargada fue Take Shelter, que se suma a la corriente de filmes de cariz apocalíptico del cine reciente, que nos ponen frente a la amenaza de una catástrofe, real o metafórica, pero presente más que nunca en la forma de crisis y profecías del fin del mundo.
Imagen del film Take shelter
Jafar Panahi, el cineasta iraní condenado a seis años de prisión y 20 de inhabilitación cinematográfica por el régimen de los ayatolás, estará presente con Esto no es una película título que juega al engaño irónico con la censura iraní, y en el que cuenta desde el salón de su casa, donde permanecía arrestado, las películas que imagina podría hacer si fuera libre en su país. Un diario íntimo, amargo que es también resistencia política.
Cuestiones humanas
El estreno de la última película de Nicolas Klotz y Elisabeth Percival, autores de la rotunda La cuestión humana, donde planteaban la delgada línea entre el nazismo y la deshumanización de las corporaciones empresariales, se enmarca dentro de lo más prometedor del Festival. En Low Life cuentan una historia de amor entre dos jóvenes del movimiento okupa de París, que ven su relación en peligro cuando el Gobierno expulsa a uno de ellos, de origen afgano.Pero quizás la denuncia más frontal venga del polémico documental Vuelo especial, de Fernand Melgar, hijo de sindicalistas españoles exiliados, que muestra los procedimientos del Estado suizo para deportar a inmigrantes, internándose en el centro de detención de Frambois. Está en el punto de mira del Gobierno suizo y ha sido censurada para su exhibición en colegios.