El alma de la máquina

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Después de un años colosal, con dos 'Grand Slams' y una medalla de oro, Rafa Nadal recoge el Premio Príncipe de Asturias. Así suena el alma del número uno del mundo.

El alma de la máquina
Para Rafael Nadal existen palabras que no significan lo mismo que para el resto. "Casa", por ejemplo. Cuando este tenista, el número uno del mundo, pronuncia "casa", no habla de ese lugar donde cada noche van a parar los huesos de cualquiera. Cuando Rafael Nadal lo entona, habla de un sueño al que puede acceder muy pocos días al año. Los que no ocupa el tiempo en revolucionar la historia del tenis, un deporte donde ha llegado para marcar varios hitos.Desde que empezó a rodar y asombrar por esos mundos, su vida ha permanecido atada a una pista, unas cuantas raquetas y un huerto de pelotas.

 La perspectiva parece poco acorde con la realidad, pero resulta un mundo en sí misma que por nada debe permanecer ajeno a un comportamiento ejemplar. "A mi ética", dice él. Otra palabra que en su caso adquiere fuerza propia.

Le han educado desde niño para que se sienta un chaval normal, para que sea consciente de que lo suyo no tiene nada de particular. Aunque esto sea difícil de creer después de haber ganado 31 torneos, entre otros, cuatro Roland Garros y un Wimbledon. Además del Premio Príncipe de Asturias, que recibirá el próximo día 24, con sólo 22 años.


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