El amor de un fantasma
El Periódico de Guatemala
Llega al país la segunda parte del “Fantasma de la Ópera: Love never dies”, escrita por el mismísimo Andrew Lloyd Webber. Su rostro horrible y un amor imposible no le dejan ser feliz. Algo que además lo ha llevado a ser un asesino irredento.
Sierra Boggess y Ramón Karimloo interpretan a Christine y al Fantasma.
Llega a América
A inicios del mes pasado fue la premier mundial de la obra en el Teatro Adelphi, en Londres, con todo el elenco que participa en la grabación, es decir, de la orquesta que dirige Simon Lee, y de las primeras voces de Ramón Karimloo (El Fantasma) y Sierra Boggess (Christine). Siempre inspirado en la novela gótica del escritor francés Gaston Leroux, la obra continúa la historia, diez años después, es decir, después que el personaje con máscara además de genio incomprendido viviera oculto en la Ópera House. Ahora El Fantasma posee fortuna y cierto prestigio como empresario, cruza el Atlántico, para situar la trama en Coney Island, el parque de atracciones de la playa neoyorquina, de 1907. El mismo es trastocado con escenas de vodevil, magos e ilusionistas.A su autor le tomó casi veinte años concretar una trama que fuera original e inédita. Fue en 1990 cuando ya tomó las riendas de la historia. “Vi un documental sobre Coney Island. Y pensé que ese sería el nuevo hogar del Fantasma, aledaño a lo estrafalario y excéntrico, aspectos integrados al parque. También consideré que Christine podría llegar a América con su hijo y pensé en cómo concluiría la obra”. Puesto en marcha en 2006, habló con el escritor Ben Helton, quien finalmente le alimentó a Lloyd Webber el argumento. De esa cuenta, el musical no cambia de personajes sino que se nutre de los mismos, aunque incorpora uno nuevo, Gustave, niño de diez años. Las letras corren a cuenta de Glenn Slater. Concluyendo todo en otoño de 2007.
El argumento básico
En ese marco consigue lucirse el cantante iraní, radicado en Canadá, Ramin Karimloo al interpretar una de las mejores baladas de la partitura, Till I hear you sing, un canto del fantasma a su torturado e imposible amor por Christine, la protagonista femenina. Por cierto, la melodía de la canción es el hilo conductor de toda la obra. La secuela muestra a la joven promesa del original como una diva consagrada de la ópera, infelizmente casada con Raoul y madre de un niño, Gustave. Y lo que sucede es que su familia se traslada a Coney Island, seducida por una oferta de trabajo para que Christine actúe en la ópera del parque, lo que vuelve a desencadenar un argumento de pasiones y venganzas.El escenario y el ambiente no podía ser mejor. Y como dice Lloyd Webber: “Coney Island es un lugar fantástico. Una vez Sigmund Freud lo describió como ‘la única razón para ir a Estados Unidos’. Eso fue más allá de todo lo que alguien había visto, incluyendo las ocho maravillas del mundo, y apto para que todas las rarezas y confusiones del Fantasma se pudieran dar”.
La garantía de un mago
Andrew Lloyd Webber busca superar El fantasma de la Ópera, obra que aún se mantiene en cartelera. Pone así a prueba su reputación. Para ello, con el tiempo esta segunda parte tendrá que demostrar que posee perlas como Music of the night o All I ask you. Mientras tanto, ya en su estreno la obra recuperó lo invertido, más de 6 millones de euros con la venta anticipada de boletos. Así también, siempre existe la garantía de un mago británico de la escena, de un multipremiado compositor y productor, creador de respetables obras como Jesus Christ Superstar, Evita, Cats, y una docena más. Por cierto, por ese grueso número de trabajos Lloyd Webber ha recibido siete premios Tony, tres Grammy, siete Olivier, un Oscar, dos Emmy, el galardón Richard Rogers por su excelencia en teatro musical y el premio del Kennedy Center.Love never dies mantendrá así vivo a este obsesionado por el amor de una bella cantante, un hombre que nadie entiende, capaz de matar, pero que estremece y enternece a un público que lo venera, como ha sucedido en estos casi veinticinco años.