El brasileño Vik Muniz ensambla retazos de recuerdos para jugar con la percepción en Arles

AFP (Agencia France-Presse)

ARLES. - Fotos de familia coleccionadas durante años, recortadas y unidas a otros recuerdos, dan vida a un niño de dos años o a una pareja de recién casados, gracias a la mirada del artista brasileño Vik Muniz, quien juega con la percepción en los Encuentros de Fotografía de Arles, sur de Francia.

En una exposición de obras de gran formato en blanco y negro titulada "Albums" (2014), Muniz crea un mosaico con retazos de fotografías para representar imágenes de la vida cotidiana, como si fueran los píxeles de una fotografía digital.

"La revolución digital cambió nuestra relación con la fotografía", dice a la AFP Vik Muniz, nacido en 1961 en Sao Paulo (Brasil), para quien "todo lo que era escaso, ahora es superabundante".

"Nací en una favela, en una familia pobre. Nunca tuvimos una cámara de fotos en casa", recuerda el artista. "Mi tía, que vivía en Miami, venía a vernos una vez al año y me fotografiaba. Yo descubría el resultado un año después, cuando ella regresaba".

"Tengo unas nueve imágenes de cuando era pequeño. Las guardo con mucho cariño", señala Vik Muniz, quien desde su llegada con 21 años a Nueva York comenzó a comprar en el mercado de pulgas fotos de familia. "Me gustaba imaginarme la vida de esta gente", asegura.

Desde entonces, el artista brasileño no paró de coleccionar fotos de aficionados, que inmortalizaban momentos importantes de la vida cotidiana: cumpleaños, comuniones, bodas, vacaciones,...

Tras la revolución digital, "he visto un cambio radical en como la gente constituye su memoria familiar. Antes, las fotos de familia de carrete pasaban de generación en generación".

"La disponibilidad de las fotos de familia, a través de subastas, internet, mercados de pulgas, aumentaron de manera exponencial", subraya Vik Muniz, quien posee 250.000 fotos en su haber.

 

- "Psicología, percepción y medios" -

 

Este artista, conocido por sus series de retratos con chocolate y con desperdicios, colecciona también postales, que cortadas y pegadas entre ellas reproducen una nueva postal.

"La playa", "Avión de linea" o una obra sobre un París de ensueño se pueden descubrir en el festival de fotografía de Arles (sur de Francia).

Muniz, hijo de un camarero y de una telefonista, obtuvo una beca a los 14 años para estudiar diseño académico y pasó dos años también en la escuela de psicología de Sao Paulo.

"Me dije que podría unir mi interés por la psicología y el dibujo trabajando en publicidad". Su primer trabajo consistirá en mejorar la visibilidad de los carteles en la calle con el análisis de la distancia de percepción.

A los 19 años, cuando se dirigía a recoger un premio concedido por una agencia de publicidad, Vik Muniz separa una pelea, pero la víctima le dispara en la pierna, al confundirlo con su agresor.

"Para compensar este accidente, [el agresor] me pagó los gastos de hospital y me dieron dinero con el que me pagué mi viaje en 1982 a Estados Unidos", donde vivió en el floreciente barrio artístico del East Village.

"Mi generación estaba restituyendo con una producción nueva todo lo que había leído, visto en televisión, aprendido", señala Muniz en referencia a los artistas Cindy Sherman y Jeff Koons.

"Pude hacer un tipo de arte que englobaba todos mis intereses en psicología, percepción y medios de comunicación", destaca este famoso artista de reconocimiento mundial, que vive entre Rio de Janeiro y Nueva York.



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