Reflexiones de Fidel Castro
Granma, Cuba
La dificultad mayor del actual Presidente consiste en que los principios que predica están en contradicción con la política que ha seguido la superpotencia durante casi siete décadas, desde que cesaron los últimos combates de la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1945. Hago abstracción en este instante de la política agresiva y expansionista que aplicó con los pueblos de América Latina y en particular con Cuba, cuando estaba lejos todavía de ser la más poderosa nación del mundo.
Cada una de las normas que predicó Obama en El Cairo están en contradicción con las intervenciones y las guerras promovidas por Estados Unidos. La primera de ellas fue la famosa Guerra Fría, que él menciona en su discurso, desatada por el gobierno de su país. Las diferencias ideológicas con la URSS no justificaban la hostilidad hacia ese Estado, que aportó más de 25 millones de vidas a la lucha contra el nazismo. No estaría Obama rememorando en estos días el 65 aniversario del desembarco de Normandía y la liberación de Europa sin la sangre de los millones de soldados que murieron combatiendo contra las tropas élites del nazismo. Los que libraron a los sobrevivientes del famoso campo de concentración de Osviecim, fueron los soldados del ejército soviético. El mundo ignoraba lo que estaba ocurriendo, a pesar de que no pocos en los círculos oficiales de Occidente conocían los hechos. Así como millones de niños, mujeres y ancianos judíos fueron atrozmente asesinados, millones de niños, mujeres y ancianos rusos perdieron la vida como consecuencia de la brutal invasión nazi buscando espacio vital. Occidente hacía concesiones a Hitler y conspiró para lanzarlo, y al fin lo lanzó para ocupar y colonizar el territorio eslavo. En la Segunda Guerra Mundial los soviéticos eran aliados de Estados Unidos y no sus enemigos.
Sobre Hiroshima y Nagasaki, dos ciudades indefensas, lanzaron y probaron los efectos de dos bombas nucleares. Los que allí perecieron eran en su mayoría niños, mujeres y ancianos japoneses.
Si se analizan las guerras promovidas, apoyadas o llevadas a cabo por Estados Unidos en China, Corea, Vietnam, Laos, Kampuchea, entre los millones de personas que murieron, muchos eran niños, mujeres y ancianos.
Las guerras coloniales de Francia y Portugal después de la Segunda Guerra Mundial tuvieron el apoyo de Estados Unidos; los golpes de Estado y las intervenciones en Centroamérica, Panamá, Santo Domingo, Granada, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú y Argentina fueron todos promovidos y apoyados por Estados Unidos.
Israel no era una potencia nuclear. La creación de un Estado en territorio donde los judíos fueron expulsados al éxodo por el Imperio Romano hace 2 mil años, fue apoyada de buena fe por la URSS y otros muchos países en el mundo. Al triunfo de la Revolución Cubana mantuvimos relaciones con ese Estado durante más de una década, hasta que sus guerras de conquista contra los palestinos y otros pueblos árabes nos condujeron a la ruptura. El respeto total hacia el culto y la actividad religiosa judía se ha mantenido sin interrupción alguna.
Estados Unidos nunca se opuso a la conquista por Israel de territorios árabes, ni protestó de los métodos terroristas empleados contra los palestinos. Por el contrario, creó allí una potencia nuclear, de las más avanzadas del mundo, en pleno corazón del territorio árabe y musulmán, creando en el Oriente Medio uno de los puntos más peligrosos del planeta.
La superpotencia utilizó igualmente a Israel para suministrar armas nucleares al ejército del Apartheid en Sudáfrica, para emplearlas contra las tropas cubanas que junto a fuerzas angolanas y namibias defendían la República Popular de Angola. Son hechos bastante recientes que el actual presidente de Estados Unidos con seguridad conoce. No somos por tanto ajenos a la agresividad y el peligro que significa para la paz el potencial nuclear israelita.
Después de los tres puntos iniciales, Obama en su discurso de El Cairo se dedicó a filosofar y establecer cátedra sobre política exterior de Estados Unidos:
"El cuarto asunto que deseo tratar es la democracia", dijo.
"... permítanme ser claro: ninguna nación puede ni debe imponer un sistema de gobierno a una nación."
"Estados Unidos no pretende saber lo que es mejor para todos, así como no pretenderíamos determinar el resultado de elecciones pacíficas."
"Pero sí tengo una convicción inquebrantable en que todas las personas anhelan ciertas cosas: la posibilidad de expresarse libremente y tener voz y voto en la forma de gobierno; la confianza en el estado de derecho e imparcialidad de la justicia... "
"Éstas no son solo ideas estadounidenses, son derechos humanos, y es por eso que nosotros los apoyaremos en todas partes."
"El quinto asunto que debemos encarar juntos es la libertad religiosa."
"El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia... Lo vi con mis propios ojos de niño en Indonesia, donde los cristianos devotos practicaban su religión libremente en un país predominantemente musulmán."
"Entre algunos musulmanes, hay una tendencia preocupante de medir las creencias propias en base al rechazo de las de los demás."
"... también se deben cerrar las divisiones entre musulmanes, ya que la separación entre suníes y chiítas ha resultado en trágica violencia, particularmente en Irak."
"... es importante que países del Occidente eviten impedir que los ciudadanos musulmanes puedan practicar su religión como les parezca, por ejemplo, dictando qué ropa deben usar las mujeres musulmanas. No podemos esconder la hostilidad hacia cualquier religión con el pretexto del liberalismo."
"Rechazo el punto de vista de algunas personas en Occidente de que la mujer que opta por cubrir su cabello es, de cierta manera, menos igual, pero sí creo que a una mujer a la que se le niega educación se le niega la igualdad. Y no es coincidencia que los países donde las mujeres cuentan con una buena educación tienen bastante más probabilidades de ser prósperos."
"... la lucha por la igualdad de las mujeres continúa en muchos aspectos de la vida estadounidense, y en países alrededor del mundo."
"Nuestras hijas pueden contribuir tanto a la sociedad como nuestros hijos, y nuestra prosperidad común se puede promover si permitimos a toda la humanidad —hombres y mujeres— a lograr su potencial entero."
"El Internet y la televisión pueden traer conocimientos e información, pero también sexualidad ofensiva y violencia irracional. El comercio puede traer nueva riqueza y oportunidades, pero también enormes alteraciones y cambios para las comunidades."
"... invertiremos en la enseñanza por Internet para maestros y niños de todo el mundo, y crearemos una nueva red de Internet, de manera que un adolescente en Kansas se pueda comunicar instantáneamente con un adolescente en El Cairo."
"... tenemos la responsabilidad de unirnos para beneficio del mundo que queremos hacer realidad: un mundo donde los extremistas ya no amenacen a nuestros pueblos y los soldados estadounidenses puedan regresar a casa; un mundo donde tanto israelíes como palestinos tengan seguridad en un estado propio, y la energía nuclear se use para fines pacíficos... "
"Ése es el mundo que queremos. Pero sólo lo podemos lograr juntos."
"Es más fácil comenzar guerras que llevarlas a su fin."
"Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado."
"Tenemos el poder de crear el mundo que queremos, pero sólo si tenemos la valentía de crear un nuevo comienzo, teniendo en mente lo que está escrito."
"El Sagrado Corán nos dice, ‘¡Oh humanidad! Los hemos creado hombres y mujeres, y los hemos agrupado en naciones y tribus con tal de que se conozcan el uno al otro.’"
"El Talmud nos dice: ‘Todo el Tora tiene como propósito promover la paz.’"
"La Santa Biblia nos dice, ‘Benditos los que promueven la paz; ellos se llamarán hijos de Dios.’"
"Los pueblos del mundo pueden vivir juntos y en paz."
Como se pudo apreciar, al abordar el cuarto tema de su discurso en la Universidad de Al-Azhar, Obama incurre en una contradicción. Después de iniciar sus palabras con un apotegma como es habitual en él, al afirmar que: "... ninguna nación puede ni debe imponer un sistema de gobierno a una nación", principio recogido en la Carta de Naciones Unidas como elemento fundamental del derecho internacional, de inmediato se contradice con una declaración de fe que convierte a Estados Unidos en juez supremo de los valores democráticos y los derechos humanos.
Alude luego a temas relacionados con el desarrollo económico e igualdad de oportunidades. Hace promesas al mundo árabe; señala ventajas y contradicciones. Pareciera realmente una campaña de relaciones públicas por parte de Estados Unidos con los países musulmanes, que en cualquier circunstancia es mejor que amenazar con bombardearlos y destruirlos.
Al final del discurso hay bastante mezcla de temas.
Si se toma en cuenta lo largo del discurso, sin emplear un papel, el número de lapsos es intrascendente comparado con su antecesor, que se equivocaba en cada párrafo. Tiene gran capacidad de comunicación.
Suelo observar con interés las ceremonias históricas, políticas y religiosas.
Lo de la Universidad de Al-Azhar me parecía un cuadro irreal. Ni siquiera el Papa Benedicto XVI habría pronunciado frases más ecuménicas que las de Obama. Imaginé por un segundo al piadoso creyente musulmán, católico, cristiano o judío, o de cualquier otra religión, escuchando al Presidente en la amplia sala de la Universidad de Al-Azhar. En determinado momento no sabría si estaba en una catedral católica, un templo cristiano, una mezquita o una sinagoga.
Partió temprano para Alemania. Durante tres días recorrió puntos de significación política. Participó y habló en todos los actos conmemorativos. Visitó museos, recibió a la familia y cenó en restaurantes famosos. Posee una capacidad de trabajo impresionante. Pasará tiempo y no se verá un caso igual.
Fidel Castro Ruz
Junio 8 de 2009
7 y 12 p.m.