El fenómeno de los sin techo golpea duro en Washington

AFP (Agencia France-Presse)

Washington, Estados Unidos. - Philana Hall recuerda vivamente el día, hace un año, cuando se quedó sin casa y quedó abrumada por la desesperación en la capital de Estados Unidos, el país industrializado con más personas sin hogar.

"Era por la mañana cuando no sabíamos dónde íbamos a estar esa noche", dijo la joven de 23 años.

"Ambos (mi marido y yo) estuvimos hasta las 12 de la noche telefoneando, preguntando a gente, y nadie iba a recogernos a toda la familia".

Ella y Gabriel, su hijo de tres años, se cobijaron en un refugio de personas sin techo. Su marido, de 27 años, y su otro hijo, Richard, de siete, pernoctaron con familiares. En el último año tuvieron otro hijo.

Esta familia afroamericana se reunió finalmente en marzo, cuando todos se mudaron a un apartamento de cuatro habitaciones gestionado por la Coalición para los Sin Techo (NHC, en inglés), una organización caritativa de Washington.

Pero antes de eso, la vida fue una frágil serie de trabajos mal pagados, noches en sofás de amigos y frustración.

 

- Una bañera como cama -

 

Familias como ésta representan "los sin techo ocultos", dijo Heather O'Malley, director de Desarrollo de Doorways for Women and Families (Puertas para Mujeres y Familias), una organización caritativa en el suburbio de Arlington, en Virginia (este de Estados Unidos).

"Las familias se duplican, triplican, cuadruplican en apartamentos que están hechos para solo una persona o una familia", dijo O'Malley a la AFP. "Dormirán en suelos, sofás, en bañeras. Están durmiendo en coches. Y cada día no saben dónde van a acabar".

En el área metropolitana de Washington, en un día cualquiera de junio, 1.900 familias están sin casa, 11% más que el año anterior, de acuerdo a un informe del Consejo Metropolitano de Gobiernos de Washington.

Y los dos hijos de Hall están entre los 2,5 millones de niños --uno de cada 30 jóvenes en Estados Unidos-- que sufrieron el estar sin casa en algún momento de 2013.

Según NCH, de todas las naciones industrializadas, Estados Unidos tiene el mayor número de personas sin hogar.

 

- Los niños pagan el precio -

 

"La recesión económica en los últimos años dificultó a las familias la sobrevivencia", dijo Yvonne Vissing, una socióloga de la universidad estatal de Salem que forma parte del consejo directivo de NCH.

"La gente puede trabajar 40 horas a la semana en un trabajo a tiempo completo, con el salario mínimo, y encontrarse aún así en el umbral de la pobreza", dijo. "Un alojamiento asequible y la accesibilidad es el principal problema".

Para permitirse un apartamento de tres habitaciones de 2.000 dólares en Arlington, una persona debería trabajar 70 horas a la semana por un salario mínimo de 7,25 dólares la hora, dijo O'Malley.

"Tan pronto como este círculo comienza, es casi imposible salir", dijo Vissing.

"Antes de que te des cuenta, te estás enfrentando a un desalojo y no sabes a dónde ir". 

Los niños pagan el precio más alto.

Malnutridos con comida procesada barata, sin lugar para jugar o hacer los deberes de clases que se pierden a menudo, tienen también cuatro veces más riesgo de sufrir enfermedades y retrasos en el desarrollo, relata NCH.

"Muchos adultos en esta situación creen que pueden esconder lo que está pasando. Piensan que pueden esconder el estrés, el miedo, la ansiedad", dijo O'Malley.

"Pero los niños son listos. Absorben las cosas y asimilan lo que sus padres están intentando esconder", dijo.

"También sienten el estrés a veces, piensan que es su culpa que no tengan un lugar a salvo donde ir. Interiorizan sus preocupaciones, y eso los lleva a un montón de dificultades de aprendizaje".

Los jóvenes pueden adaptarse y de hecho se adaptan, pero la ayuda debe llegar velozmente, no solo en forma de alojamiento permanente sino también con terapia, consejos para gestionar un presupuesto casero y ayuda para redactar un currículum con el fin de encontrar empleo estable.

Hall puede estar en el apartamento donde se encuentra ahora durante dos años. De cara al futuro, sueña con tener su propia casa.

"Cuando me vaya, quiero una casa con un patio delantero y un patio trasero, porque me encanta hacer barbacoas", comenta.



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